El corredor sanfrancisqueño de autos Sergio Tettamanzi (48) pasó por varias competencias a lo largo de historia como piloto. Comenzó con la Fórmula Renault Interprovincial, pasó a la Fórmula Renault Argentina, luego a la Fórmula 3 Sudamericana hasta llegar al TC 2000, donde participó en el equipo de Carlos Menem Junior. En 2008 le dijo adiós a las pistas, aunque reconoce en la actualidad que le “pica el bichito” de volver.

¿En qué competencia te recibiste de piloto?

En la Fórmula Renault Argentina aprendí muchas cosas. Empezás a ser profesional desde ahí, pero el salto al profesionalismo y aprender lo que es la competencia fue con los brasileros, con Fórmula 3 Sudamericana, que es el paso previo para estar en Europa o la Fórmula 1. Allí estuve un año y medio y después salté al TC 2000, en agosto de 1996.

¿Disfrutaste el TC?

La verdad es que me fue bien. En esa época había entre 24 y 27 autos dentro de los cuales 16 eran oficiales. Uno corría contra equipos oficiales y cuando le podía ganar era como tocar el cielo con las manos. En ese momento clasificando dentro de los 20, la televisión te pagaba una prima buena. Y tuve la suerte de estar siempre dentro de los 20. Esa prima era como un sueldo para los pilotos particulares.

¿Por qué elegiste el automovilismo?

Siempre me gustó, desde chico. Con los chicos en el barrio corríamos en bicicleta y ya me gustaban los autos de carrera, pero en San Francisco hace muchos años solo se hablaba de fútbol. Cuando tenía 10 años vivía en un pueblo a cien kilómetros de Rosario y el hombre que estaba con nosotros en el campo tenía un auto de carrera y el hijo corría. Eso me motivó.

¿Cuál fue el mejor corredor que viste?

Por televisión, Ayrton Senna. Compartiendo pista fue Juan María Traverso, al que considero el Maradona del automovilismo.

¿Cuándo te retirás?

En el 2001 dejé de correr y me dediqué de lleno a la parte agropecuaria. Cuando en el 2008 el tema del campo se complicó empecé a trabajar con el movimiento de suelo y volví a las pistas en el Turismo Nacional, donde hice seis carreras.

Competiste en el equipo del hijo del ex presidente Carlos Menem: ¿llegaste a conocerlo cuando era presidente argentino?

Sí, una vez nos llevó a todo el equipo a Olivos a fines del 96. Me quedó marcado ese día porque nos dirigíamos a él con mucho respeto diciéndole “señor presidente” por aquí y por allá. En un momento agarra y dice con su tonada: “Muchachos, díganme Carlos”.

¿Te pica el bichito de volver a correr?

Por más que hace varios años que dejé, con un buen entrenamiento volvería. Aunque con un buen presupuesto también.