Beto tiene un año y medio. Es un perro color oscuro que se hizo conocido en los últimos días porque desde el Refugio de Mascotas, entidad que lo tiene a cargo, lanzaron una campaña de venta de libros usados para poder costearle un tratamiento médico veterinario con el fin de que recupere fuerza en sus patas traseras. Hoy para moverse se vale solo de sus patas delanteras y dos rueditas a modo de carro detrás que acompañan sus movimientos.

El tratamiento que necesita es a base de magneto y dos veces a la semana. El can, de un año y medio de edad, permanece en una guardería canina esperando además por una familia que lo adopte.

Por su parte, los libros, cuya oferta puede encontrarse en la página de Facebook de Refugio de Mascotas, pueden conseguirse desde los 200 pesos y se adquieren en Pueyrredón 44, en horario comercial. También pueden encargarse a través de las redes sociales. En el lugar se ofrecen a la venta barbijos, alfajores Oki Oki y una rifa que sorteará el 30 de octubre y que cuesta 50 pesos, en apoyo de Beto.

También la entidad propone a la comunidad colaborar apadrinando un animal del refugio o donando alimento balanceado, entre otras cosas.

Ayuda desde Córdoba

Cristina Bergero, una de las colaboradoras del Refugio, contó que la movida trascendió fronteras cuando la iniciativa se publicó por primera vez y que recibieron ayuda hasta de Córdoba capital. “Hemos recibido unas cuantas llamadas telefónicas desde Córdoba. Mucha gente ha pedido el CBU de la institución para poder depositar dinero y a cambio donaba el libro que elegía. Esta gente decía ‘bueno, yo quiero colaborar con Beto, me gusta tal libro que ustedes tienen y lo dono al Refugio, pásenme el CBU y deposito una donación’. Así hubo llamadas de la capital cordobesa, fueron varias, gente que a lo mejor tiene alguna conexión con San Francisco y otros que no”, explicó.

Beto mejora pero continúa la venta de libros usados para seguir su tratamiento

Bergero dijo además que recibieron el apoyo “con gran sorpresa, porque por ejemplo algunos sí quieren el libro, así que estamos buscando de qué manera podemos enviárselos para que sea sin costo para ellos también, obviamente”, reflejó.

Necesitan balanceado

La necesidad más urgente de la entidad es la del alimento balanceado, ya que son 35 los canes a alimentar.

Por supuesto que en San Francisco también se colaboró, ya que la entidad recibió muchos libros usados a modo de donación para que se puedan vender y juntar fondos.

Bergero dedicó un párrafo aparte para agradecer a los titulares de la guardería canina donde se aloja Beto: “Queremos destacar también la colaboración de la gente de la guardería canina, si no fuera por ello nosotros no sé si podríamos hacer con Beto lo que estamos haciendo”.

También les agradeció a los colaboradores de la entidad, es decir, a quienes aportan una suma fija mensual que va desde los 150 pesos. “Nuestros colaboradores nos dicen ‘chicas ya deposité para este mes’ o bien ‘qué es lo que necesitan, nosotros vamos a colaborar’. Para nosotros es una fortuna, no tenemos muchos, pero lo que tenemos nos ayuda. Y está la gente que anónimamente se suma a esta gesta que es la de Beto y colabora y nos compra libros, y gente que nos dona colecciones de música, enciclopedias; tenemos hasta colecciones de ópera, son colecciones valiosas. Todo para que Beto pueda seguir recibiendo el tratamiento”.

Evolución

El progreso en la movilidad de Beto es “sorprendente”, aseguró la mujer, ya que de a poco va tomando fuerzas en sus patitas traseras. 

“Nosotros albergamos la esperanza de una gran recuperación. Ese es un trabajo diario, la gente de la guardería nos ayuda muchísimo, se han tomado como un verdadero desafío la recuperación del animal, lo llevan a donde se necesite, compran los medicamentos, lo trasladan, le dan cariño, le hacen hacer los ejercicios diarios y, como Beto no tiene una familia, es como que ellos pasaron a ser su familia, lo atienden con mucha devoción”, aclaró Bergero.


Refugio de Mascotas

La institución, que va por los 10 años de vida, está encabezada por tres personas: Lucía Puppo de García, que maneja la cuestión económica; Pamela Levrino, que es quien administra las redes sociales y Cristina Bergero, que traslada a los animales y visita las veterinarias. Cada una cumple su función.

Entre sus ocupaciones, las voluntarias se hacen un tiempo para juntar fondos para pagar guarderías y tratamientos veterinarios. “Todos los animalitos que rescatamos por alguna situación en particular van a guarderías si no necesitan tratamiento veterinario. Y sino van a una veterinaria para ser tratados. Si no están esterilizados, los esterilizamos y luego buscamos o un tránsito o una guardería. Todo esto es pago, obviamente, las guarderías tenemos que pagarlas, también los tratamientos veterinarios, pero trabajamos mucho para eso. Estamos continuamente con ventas de todo tipo, barbijos, alfajores, ahora tenemos un bono contribución, todas cosas que son accesibles para que la gente pueda colaborar. Nos manejamos de esa forma. Tenemos nuestra página, ahí subimos toda la cartelería, los perritos los publicamos, encontrados, perdidos y nos manejamos de esa forma. Internet nos ayuda muchísimo. Hoy estamos mucho más en contacto con toda la problemática”, detalló Bergero.

“Nuestro objetivo primordial es la ayuda, no solo en la castración sino también en recuperar un animal que se ha encontrado en la calle con algún problema. Por ejemplo, tenemos un perrito epiléptico, que lo rescatamos de la ruta, pensaron que lo habían atropellado, fuimos a buscarlo y resulta que estaba sufriendo un ataque de epilepsia. Una señora que pasaba por ahí lo vio, lo sacó del asfalto, llegamos nosotros y lo rescatamos. El perrito está re bien, aguardando una adopción. La única dificultad que tiene ese animalito es que todos los días hay que darle una pastillita por su tratamiento. Es un perrito bellísimo, tricolor, tipo beagle, pero está ahí esperando ser adoptado”, agregó.

En adopción

Otra de las formas de ayudar es brindando tránsito (adopción temporal). “Hemos tenido muchos cachorros hasta hace un tiempo, ahora tenemos a las madres de esos cachorros que están a disposición. Hay una mamá que vino de Monte Redondo con todos sus cachorros. Se localizaba en un obrador, la gente del obrador se comunicó y gracias a Dios los trajimos. Ella está bien, aguardando su adopción. Los cachorros ya fueron todos ubicados, tenemos alrededor de 30 o 35 animales esperando ser adoptados de todos los tamaños. Perritos en tratamiento hay dos o tres, sostuvo la voluntaria.

También Beto espera por una familia: “Lleva el estandarte del refugio porque tiene un tratamiento prolongado y es un perrito joven; es un desafío para nosotras, para los veterinarios y queremos que la sociedad responda ayudándonos como lo está haciendo”, señaló Bergero, quien aseguró: “Beto es la representación de lo que nosotros somos como sociedad. Beto sufrió un accidente porque no estaba en su casa, sino en la calle; después fue ignorado en el momento posterior al accidente y se lo dejó así meses sin llevarlo a una atención veterinaria. Cuando nos enteramos nos hicimos cargo pero su tratamiento es complicado. Queremos sacarlo de eso, queremos que lleve una vida normal y necesitamos que la sociedad se haga eco para que Beto sea recibido con cariño y con amor como cualquier perrito. Va a tener su necesidad, pero fundamentalmente lo que necesita es una familia, una adopción”.