El pasado invierno el dueño de la perra fue al Hospital №1 de la Ciudad de la Ciencia de Novosibirsk y si bien todo comenzó como una simple rutina, según explicó el médico Vladimir Bespalov, hubo una complicación y tuvieron que internarlo.

Desde ese momento la perra se presentó día tras día en el hospital esperando a su dueño, que falleció el pasado enero, según explica el diario ruso Argumenti y Facti.

Hoy Masha se convirtió ya en la mascota preferida del hospital y tanto médicos como pacientes la adoran.