Lautaro Ramos (24) tuvo hace un año en vilo a la ciudad de San Francisco. No solo a su familia y amigos, sino también a una comunidad que se unió en una cadena de oración para darle las fuerzas necesarias y poder sobrevivir a un choque que le dejó graves secuelas.

El domingo 23 de abril del año pasado, pasadas las 8, circulaba en una moto junto a una joven cuando protagonizaron un choque con una camioneta Toyota Hilux en Belisario Roldán e Independencia. Su compañera solo sufrió algunos golpes, pero Lautaro un severo traumatismo de cráneo, entre otras graves lesiones.

Primero recaló en el Hospital Iturraspe, pero por la complejidad de su cuadro lo derivaron al Pasteur de Villa María: “Llegó prácticamente sin vida, para los médicos no había muchas chances pero una madre nunca se rinde y fue la fe y toda las oraciones que llegaban de la comunidad que nos daban fuerzas, sobre todo a los médicos que tuvieron que tocar un cerebro tan deteriorado, sabiendo que las chances eran mínimas”, señaló su mamá Ingrid a El Periódico.

Al mes del suceso, la mujer recordó que los médicos le anticiparon que su hijo iba a quedar en estado vegetativo irreversible: “Fue otro golpe duro, no lo podía comprender. Recuerdo que tomé una Biblia y oraba cada día al lado de la cama donde estaba”.

Ingrid agregó que cuando volvieron a San Francisco, su hijo “no tenía conexión con nadie ni con nada”, pero que su instinto de madre le decía que Lautaro podía comprender: “Me lo hacía sentir, no era una ilusión. Cuando volvimos a casa nos dedicamos todo el tiempo a que vuelva a la realidad. Su estado es cuadripléjico, pero hoy comprendiendo todo, comiendo por sus propios medios, hablando; queda un largo camino para nosotros, pero la fe está ahí más inamovible que nunca”.

Rehabilitación

Ramos lleva adelante actualmente extensas jornadas de rehabilitación en Alpi: kinesiología, fonoaudiología y terapia ocupacional.

- ¿Qué recuerdan Lautaro y usted del choque?

- Lautaro sabe solo que chocó. Ese día me llamó unos de sus amigos diciéndome que vaya al hospital porque había sufrido un accidente. Yo no estaba en San Francisco y cuando vuelvo me encuentro que estaban todos sus amigos. Me reciben dos médicos comentándome que tenía traumatismo de cráneo con pérdida masa encefálica, fractura de muñeca en mano derecha, de clavícula, contusión pulmonar y en hígado. Su estado era muy grave y con pocas posibilidades de seguir con vida.

Lautaro junto a las profesionales de Alpi que lo ayudan en su rehabilitación.
Lautaro junto a las profesionales de Alpi que lo ayudan en su rehabilitación.

- La comunidad los ha acompañado. ¿Eso lo sintieron?

- Nunca nos sentimos solos, era infinita la gente que estaba rezando por Lautaro. Y yo lo considero a que esté vivo un milagro de Dios. Agradezco al Hospital Iturraspe, a Valentín Vicente (ex director), a Verónica Pepino (actual directora) que actuaron con rapidez ese domingo; también a los profesionales de Villa María, al municipio y a la Peña Boquense que acompañaron. También al Semute que traslada todos los días a Lautaro para su rehabilitación en Alpi, donde hacen todos los días un re trabajo. Sus amigos, la familia, mis otros dos hijos a quienes les prometí traer con vida a su hermano; mi pareja. Seguramente me olvide de alguien.

- ¿Qué avances fue logrando con la rehabilitación?

- Cuando contacto con Alpi, a Lauti lo ve un médico de Córdoba y recuerdo me dijo que no podíamos no intentar y quedarnos toda la vida con que no se intentó. Cuando llegamos, él tenía una traqueotomía, se alimentaba con sonda gástrica, le pasabas tu dedo por sus ojos para que responda y no lo hacía. Se avanzó mucho después, pero cuánto más se podrá avanzar no lo sabemos. Pero los avances que fue teniendo nos dan la pauta que puede cambiar, sí seguramente van a quedar secuelas. Los médicos me dicen que debo hacerme la idea de que ese hijo que yo tenía, nunca más lo voy a tener. Pero como mamá sigo diciéndome a mí misma que quizás no al cien por ciento, pero si más de la mitad se va a lograr.

- ¿Al margen de la rehabilitación le quedan otras cirugías?

- Más adelante debe someterse a otra cirugía donde se le debe colocar una prótesis craneal. Para ello, los médicos de Villa María estaban esperando que tenga un poquito más avances, comunicación para que pueda decir si le molesta, si tiene dolores de cabeza, mareos y demás.

- ¿Cómo logra comunicarse con su hijo?

- Al principio costó muchísimo porque no había comunicación ni con los ojos. Muchos meses estuve diciéndole cerrame dos veces los ojos para un sí, uno para un no, y no se lograba nada. Era siempre adivinar todo lo que le dolía. Con el tiempo fui logrando eso, hoy Lauti habla por sus propios medios, con su voz bajita, muchas veces tengo que pedirle que me repita. Va comprendiendo todo, se le da una hoja y un fibrón y le preguntás su DNI o su fecha de cumpleaños y como puede lo escribe. El nombre de su mamá, sus hermanos, los colores, su equipo que es Boca. Pero aún no logra que le quede la información del momento. Por ejemplo, le diste de cenar y a la media hora le preguntás qué comió y no recuerda. Yo sé que Lautaro volverá a ser, no bajaré los brazos para lograrlo.