La tarea de ser padre no es fácil. Los hijos no vienen con manual de instrucciones y el oficio de ser papá se aprende en el andar.

Padres hay de todos los colores, condiciones sociales, económicas y culturales, pero nunca dejan de ser únicos e irrepetibles. Lo que a muchos los inspira y moviliza es llegar a casa y compartir sus horas con sus hijos, a los que por el trabajo, las obligaciones escolares y de otras índoles, a veces el encuentro se hace más breve de lo deseado.

El Periódico convocó a dos padres para que cuenten su oficio. Seguramente este domingo vivirán un día especial al que no le faltará una cuota de emoción, dolor y alegría.

Compartiendo pasiones

Alejandro Ríos es papá de tres hijos: Mili (14 años) Agustín (9) y Jeremías (3). Con ellos comparte un vínculo especial que es la pasión por el fútbol y por el club River Plate.

Cada sábado, toda la familia (también Liliana, la mamá) se prepara para disfrutar una tarde de fútbol, sufrimientos y alegrías mientras Agustín juega a la pelota en el club Proyecto Crecer. Alejandro lo lleva a las prácticas y trata de estar presente en todos los partidos, en un ritual que se repite cada fin de semana.

La familia sufre y disfruta cada partido y el juego después será tema de conversación en la cena. Ni hablar también cuando juega el querido River Plate, equipo del que los hijos son iguales o incluso más fanáticos que el papá.

“Jeremías, el más chico, también se va encariñando con el fútbol-cuenta Alejandro- y entre los hermanitos viven jugando al fútbol. Todo lo que sea redondo lo agarran para patear”, dice con una sonrisa.

Aprendiendo el oficio

Sebastián tiene 33 y debe contener las babas cada vez que habla de Aimira, su nena de tan sólo 6 meses de vida. En este poco tiempo el joven se encuentra aprendiendo la tarea de ser papá y lo cuenta con orgullo.  

“Es una tarea hermosa, agotadora a veces, pero hermosa. Tenés que tener mucha paciencia, ella es muy demandante pero con una sonrisa te borra cualquier cansancio. Es el amor más puro e incondicional que se puede tener”, cuenta.

Reconoce que antes en su trabajo cumplía las horas pensando en hacer horas extras para llegar a fin de mes y pagar las cuentas. Ahora no ve el momento de regresar a su casa para estar con su pequeña.

“Me emociona mucho tenerla en brazos y en el día pienso siempre en ella. Llegar de trabajar y ver su sonrisa, darle la mamadera o cambiarle los pañales ayudan para hacerte olvidar cualquier problema diario, dificultad en el trabajo o en lo que sea”, asegura.

El festejo en el país

En la Argentina el primer festejo fue un 24 de agosto de 1958, en honor a José de San Martín, considerado "Padre de la Patria". Años más tarde, en la década del 60, se modificó el día en el calendario y se resolvió que las celebraciones se realicen en el mes de junio. En nuestro país, se conmemora el tercer domingo de junio, fecha que este año caerá el domingo 19.

El origen de los festejos se remonta a junio de 1909, en Estados Unidos, cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd decidió homenajear a su padre, Willian Dodd, un veterano de la guerra civil estadounidense. Tiempo después, en 1966, el presidente norteamericano Lyndon Johnson instauró en ese país como fecha conmemorativa el tercer domingo de junio.