Andrés Bogetto es un sanfranciqueño de 37 años que hace más de 10 reside en Lima, Perú. Por una oportunidad laboral viajó al país incaico y en la actualidad se desempeña como gerente de operaciones de la empresa Konecta, una multinacional que ofrece servicios integrales de BPO.

Andrés vive con su esposa Melissa- oriunda de Santiago del Esterio-, su hijo Bautista (6 años) y a la espera de Baltazar, su segundo hijo. Residen en barrio Surquillo, un sector turístico cercano al mar y allí confinados resisten a la pandemia del coronavirus.  

En diálogo con El Periódico, Andrés contó que ya llevan 50 días de cuarentena -Perú fue uno de los primeros países en decretarla el 13 de marzo- y todavía continúan con toque de queda después de las 18.  

“El 16 de marzo comenzaron con el toque de queda entre las 6 y las 18 podés circular, de lunes a sábado, el domingo es total, no puede salir nadie, el que está en la calle va preso”, relató.

Hasta la fecha, Perú registra 51.189 por coronavirus y 1.444 fallecidos, según informó este martes el medio digital AS.

Lima y su foco infeccioso

Andrés confió que en la zona que reside, al ser turística se cumple en gran medida las disposiciones del gobierno, “el tema está en los conos, lo que en Argentina serían las villas miseria, que esa gente trabaja el día a día y no pueden no salir a trabajar. Ahí es donde tenemos los focos más grandes de contagios”.

Según el sanfrancisqueño “el sistema de salud colapsó y el problema es que estamos teniendo muchos médicos, policías y militares infectados”, agregó.  

Sanfrancisqueño cuenta cómo vive en Perú su cuarentena: “Espero que aprendamos de esto”

El presidente de Perú, Martín Vizcarra Cornejo, había anunciado la extensión de la cuarentena hasta el próximo 10 de mayo al igual que en Argentina, y se prevé que se vayan habilitando algunas actividades económicas básicas.

Sin embargo, Andrés relató que ya se anunció que todo lo tendiente a actividades sociales están restringidas hasta fin de años: “Todo lo que son eventos deportivos, recitales y escuelas, está todo prohibido hasta fin de año”.

Acostumbramiento

Pese a la situación que atraviesa el país, Andrés y su familia se encuentran en buen estado de ánimo a la espera del cuarto integrante. Y pese a que tuvo que reinventar la forma de trabajar desde su casa, le costó adaptarse al aislamiento: “Para mí que soy muy activo, la parte social es la que más me cuesta, hace dos meses que no juego al fútbol, ni hablar de juntarse a comer con amigos, pero pasa como a todos. Por suerte tengo una carga emotiva linda con la llegada de mi segundo hijo, eso compensa para bien todo lo otro”, dijo orgulloso.

Por último destacó: “En cuarentana aprendí a disfrutar muchas cosas que antes no tenía ni tiempo para hacer como tomar mates y charlar más con mi señora, aprovecho para hacer actividades con mi hijo y para comunicarme diariamente con mi familia en San Francisco. Espero que de esto aprendamos de esto, sobre todo a valorar la familia que tenemos”.