En aquella noche del 28 de octubre de 2012, Rubén Rodríguez volvía a su casa en barrio San Cayetano luego de saludar a todos sus compañeros de trabajo en una parrillada que se encuentra a las afueras de la ciudad.

Regresaba en su motocicleta tipo scooter por avenida Savio de sur a norte, llevaba puestos su casco y el chaleco reflector, cuando en la intersección con Cervantes, una Ford Ranger roja conducida por Alberto Contreras lo embistió. Testigos aseguran que el conductor de la camioneta cruzó el semáforo en rojo y que tras el hecho intentó darse a la fuga, pero un remisero lo detuvo sosteniéndolo de los cabellos.

Rodríguez sufrió aplastamiento de abdomen, fractura de pelvis y miembros inferiores y como consecuencia falleció 26 horas después.

El imputado, como si nada

El conductor de la camioneta fue imputado por “homicidio culposo”, sin embargo los familiares de Rodríguez aseguran que el conductor sigue su vida de manera normal.

“Este hombre se encuentra en total libertad, ya no vive en la ciudad pero viene seguido. Hay testigos que lo vieron conduciendo como si nada hubiese ocurrido. Es más, la camioneta con la que protagonizó el accidente y que llevó a la muerte de mi papá, la vendió”, cuenta Roxana, una de las hijas de Rubén.

“Lo mínimo que pedimos es que se le retire el carnet de conducir definitivamente para que no puede destruir a otra familia –agrega Rita, otra de las hijas-. Fue la muerte de una persona inocente, sana y muy querida, de forma brusca e inesperada. Esto causó daños emocionales, psicológicos y espirituales a toda su familia”.

Espera fecha de audiencia

El Periódico consultó a la Fiscalía de Delitos complejos a cargo del fiscal Bernardo Alberione, quien comunicó que la causa fue elevada a juicio hace unos meses.

En la secretaría nº 1 de la Cámara del Crimen confirmaron la citación a juicio, pero aún no hay fecha de audiencia solicitada por las partes.