Si alguno estaba esperando la posibilidad de conseguir una moto o ciclomotor a buen precio y con los papeles al día, de la mano de la Municipalidad, probablemente tenga que cambiar de idea. Porque al no poder rematarse la enorme cantidad de motos que se secuestraron en controles de tránsito y que nadie reclamó, tal como se prometió en los últimos años, es probable que se apele a la compactación y todo termine en chatarra.

Al menos fue lo que deslizó una fuente consultada por EL PERIÓDICO, quien explicó que se está preguntando a municipios de Buenos Aires para conocer cómo proceder al momento de realizar la compactación.

Cabe destacar que cuando Martín Llaryora asumió la intendencia en diciembre de 2007, heredó de la gestión madonnista 142 motos a las que se sumaron las retenidas por la actual administración. En total, hoy existen unas 500 motos que nadie reclama, más 50 automóviles.

“La idea es deshacerse de las motos viejas para ir haciendo lugar”, contó la fuente, evidenciando que seguirá habiendo motos sin reclamar y se necesitará más espacio para las nuevas motos y ciclomotores que lleguen al depósito ubicado en la exescuela José María Paz.

No busque el martillo, remate en duda

El anuncio de que las motos iban a ser rematadas comenzó a escucharse de la boca de los funcionarios municipales desde el año 2009. En ese entonces se informó que se iba a mejorar el equipamiento que posee la Policía Municipal utilizando el dinero que se iba a recaudar mediante su venta.

En declaraciones a la prensa, el secretario de Gobierno, Miguel Pesce, informó que para llegar al remate primero se debía establecer un marco legal para que la moto que esté en condiciones de circular tenga la documentación correspondiente (tarjeta verde nueva) una vez que pase a nuevas manos. “Ni bien tengamos la norma legal vamos a comenzar a proceder”, aseguró Pesce. Pero esto nunca ocurrió.

A mediados del año 2010 se aseguró que el Juzgado de Faltas se encontraba finalizando la parte documental para así disponer las primeras motos a remate, aquellas con el chasis y el número de motor registrados. Pese a esto no hubo subasta.

En 2011, se informó que se estaba cumpliendo con la última etapa de gestiones administrativas previas a la realización del remate, que incluía la elaboración de una ordenanza, proyecto que nunca llegó al Concejo Deliberante.

En la actualidad se piensa en otra cosa: la compactación. El tiempo dirá si se cumple con esta idea.

Compactación

Los pasos a seguir, por parte de los municipios, en procesos de compactación son los siguientes: formalizar un inventario de las motos secuestradas, identificar a cada una con marca, número de motor, color y dominio; aunque algunas no tienen el número de motor visible. Una vez que se tenga la documentación correspondiente se procede a la compactación y la posterior remisión.