Aquel tradicional pedido “deme cervecita bien fría” se ha ido complejizando con el tiempo. El consumidor local ya no sólo busca las marcas industriales más reconocidas a la hora de refrescarse, se anima a más y quiere probar nuevos sabores.

Con más variedad, el paladar se vuelve exigente. Por eso las vinotecas comenzaron a apostar a las cervezas importadas que, de a poco y en tandas, están regresando al mercado. Por otro lado, está el fenómeno de los consumidores que producen sus propias cervezas y que innovan en sus propios productos.

Esta tendencia no fue inadvertida por firmas como Quilmes, Brahma y Stella Artois –tres de las más consumidas en el país-, que han lanzado nuevos productos para paladares más exquisitos.

Refinamiento

“Con la cerveza está pasando lo que sucedió con el vino, el champán o el whisky. El cliente busca variedad, hay una tendencia a la calidad de la bebida más que a la cantidad”, explica Diego, de la vinoteca Placeres Terrenales, ubicada en el bulevar 9 de Julio.

“También está la particularidad de que muchos clientes nuestros y conocidos empezaron producir su propia cerveza. Entonces quieren probar sabores y buscan variedad”, comenta el comerciante, y agrega que la venta de cervezas importadas ha crecido en los últimos dos años.

En las vinotecas de la ciudad hoy es posible encontrar una interesante variedad de marcas extranjeras de orígenes como Alemania, México, Bélgica, España, Holanda y Francia, cuyos productos van desde los 12 a los 60 pesos. También existen barriles de 5 litros, oriundos de Alemania, por 195 pesos.