“La homeopatía (del griego homoios, semejante; y pathos, procedimiento, enfermedad) es una teoría médica, uno de cuyos principios fundamentales es la ley de similitud, que expresa la posibilidad de curar al enfermo por medio de sustancias que son capaces de producir en el hombre sano en quien se experimenta un conjunto de trastornos o síntomas semejantes a los que presenta la enfermedad que se quiere combatir”.

“Utiliza dosis infinitesimales de drogas de origen vegetal, animal, y mineral. Esta es una gran diferencia con la alopatía (medicina convencional) que trata las enfermedades con medicamentos que producen efectos contrarios a los que se quiere combatir”.

“Las flores de Bach no son medicamentos homeopáticos. Los tratamientos son preparados líquidos a base de flores silvestres. Se utilizan para ayudar a equilibrar estados emocionales negativos estimulando la cualidad positiva que permanece latente en cada uno de nosotros”.

“Fueron descubiertas entre 1928 y 1935 por el respetado médico Edward Bach, quien consideraba que las emociones tienen un impacto decisivo sobre la salud física”.

“El tratamiento con flores de Bach es una terapia alternativa, forman parte de una estrategia de salud global que incluye una cantidad de otras alternativas como el ejercicio, la buena alimentación, etc.; que acompañan a la medicina convencional (alopática) o a la medicina homeopática”.

“La homeopatía, en cambio, no es una terapia alternativa, es un método terapéutico que considera al enfermo como una unidad psicosomática donde la verdadera enfermedad comienza con el desarreglo de la fuerza vital o energía que anima a los seres y dirige sus actividades”.