¡Sooooodero! ¡Sooooodero!

El grito clásico y representativo de los sifoneros se sigue oyendo en los barrios cada vez que uno de ellos desciende de su camioneta para entregar la bebida más burbujeante de todas: la soda.

En algunas casas es un clásico en la mesa y en otras aparece en ocasiones. Lo cierto es que la soda sigue vigente y en los últimos años tuvo un resurgir con el regreso del vermut, amargos y otros aperitivos clásicos.

En San Francisco funcionan unas veinte soderías, aunque tres de ellas se destacan por su equipamiento.

De profesión

Ángel Taborda (62) es sodero desde fines de los setenta, cuando empezó a trabajar con su suegro. En los noventa se mudó a barrio 9 de Septiembre y cambió la denominación del negocio pasándose a llamar “Soda 26”. Y desde hace un tiempo lo acompañan dos de sus hijos: Cristian (36) y Martín (30).

“La soda de sifón es barata. La gente que le gusta la sigue consumiendo pese a que aparecieron muchas gaseosas, lo que fue quitando clientes”, aseguró Ángel.

Para su hijo Cristian “la soda se sigue tomando porque está en la costumbre de la gente. Nosotros vemos que la tendencia es vender agua con menos gas, pero acá está la costumbre de tomar la soda con la mayor saturación posible, que pique más en la boca”, comentó.

El proceso consiste en esterilizar el agua, luego la máquina saturadora hace la mezcla con el gas carbónico y de ahí pasa a la llenadora. Tras el sellado plástico van a los cajones. Soda 26 reparte mil cajones de sifones por semana y unos 500 bidones de 12 litros de agua, producto que vende desde el 2002: “Había que agregarle algo más al negocio y vimos que el agua era la tendencia”, señaló Cristian.

Una vez cargados los cajones y bidones, tres camionetas recorren a lo largo y ancho de la ciudad: “El sodeeeero lo seguimos gritando, por ahí silbamos pero cada cliente ya nos conoce. Eso sí, hay cada vez más perros y cada dos por tres nos corren”, manifestó Ángel entre risas.

Taborda padre reconoce que ser sodero hoy es más fácil a la hora de levantar los cajones: “Hay que tener ganas de caminar y andar. Es más fácil ahora que cuando estaban los sifones de vidrio. Hoy llevás cuatro cajones y es una papa, cuando eran de vidrio llevabas dos y terminabas sacando la lengua”.

Esencial para bartenders

Aunque exista infinidad de bebidas y jugos, para los bartenders las sodas son un elemento esencial en sus barras.

Daniel Madero (25), alias “Morrison black”, bartender profesional de Club Zen, avala a la soda como un elemento clave en los cócteles: “Mientras no corrompamos el sabor característico del cóctel, la soda se puede usar para alivianar o darle burbujas”, indicó.

Madero agregó que sus tragos preferidos para usar la soda son los Collins, que se caracterizan por tener como base un gin o vodka, almíbar, jugo de limón o lima y por último soda. “En este caso puntual podemos experimentar miles de sabores nuevos”, expresó.

DISMINUYÓ EL CONSUMO

Un informe elaborado por Cinzano en el marco de una iniciativa que busca revalorizar oficios que forman parte de la identidad popular consigna que el récord de consumo fue de 100 litros per cápita anuales, y que hoy la cifra ronda los 40 litros.