Una docente de arte de Londres acaba de ganar el Global Teacher Prize (GTP por sus siglas en inglés), considerado como el Nobel al mejor maestro del mundo. Su nombre es Andria Zafirakou y enseña en la Alperton Community School, una escuela de un barrio pobre de la capital británica. Zafirakou se hizo acreedora del millón de dólares que entrega el GTP y que el docente ganador debe destinar a la realización de un proyecto pedagógico.

El nombre de la docente ganadora se dio a conocer pasadas las 19 hs de Dubai, donde se llevó a cabo la ceremonia de cierre del Foro Global de Educación y Habilidades (GESF por sus siglas en inglés), organizado por la Fundación Varkey, una ong con base en Londres dedicada a prestigiar la profesión docente como medio para una educación de calidad.

"Sabemos que los estudiantes que le dedican más tiempo al arte también pueden alcanzar mayores logros en el resto de sus estudios", argumentó Zafirakou en su discurso de aceptación del premio frente a una audiencia de 2mil asistentes en el salón del complejo turístico Atlantis The Palm, frente a las aguas del Golfo Pérsico, entre quienes se destacaba la presencia del ex presidente de Francia Nicolás Sarkozy y del ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, que hoy también participaron de la cumbre con sus perspectivas sobre los desafío de la educación. También estuvo presente el jeque de Dubai y vicepresidente de los Emiratos Arabes Unidos, Mohammed bin Rashid.

El rol del arte y las humanidades

Sobre el escenario, Zafirakou fue más allá en sus reflexiones sobre la importancia del arte en la educación: "Estoy interesado en algo más importante. El poder del arte para desarrollar todo el potencia. Para mis estudiantes, el arte constituye un santuario, un lugar donde pueden expresarse libremente y conectar con sus identidades".

El barrio de Brent, en Londres, donde desarrolla su trabajo esta maestra británica, representa todo un desafío para un docente. Brent es uno de los barrios más pobres de Londres. Además, es uno de los de mayor diversidad cultural: en sus escuelas, se hablan 149 lenguas distintas. Sus alumnos cuentan con pocas herramientas para integrarse socialmente.

"Tienen vidas duras -describió la docente acerca de sus alumnos-. Muchos de mis alumnos viven en la marginación. Viven hacinados. Quizás no estén bien alimentados porque llegan con sus loncheras vacías. Estos desafíos suenan como salidos de las páginas de una novela, muy ajenos al presente de una Gran Bretaña del siglo XXI".

En ese contexto, Zafirakou, maestra de arte y textiles, se las ingenió para torcer el destino de sus alumnos y crear un curriculum académico y modalidades pedagógicas que conectaran con la compleja realidad de las familias de Brent.

Junto a la maestra de música, creó un coro de música somalí. Propuso prácticas deportivas que respetaran las costumbres conservadoras de algunas de las comunidades. Aprendió las herramientas básicas de las 35 lenguas que se hablan en su escuela, desde gujarati hasta hindi, y reconstruyó los lazos con las familias de los alumnos.

El premio reconoce el compromio de Zafirakou más allá de sus obligaciones como docente, que visita a los alumnos en sus hogares o los acompaña a tomar el colectivo hasta sus hogares.