Alejandro, un vecino del sector, contó lo siguiente: “Hace 35 años que vivo en el barrio, al no tener servicio de cloacas los pozos negros de cada una de las casas han saturando su capacidad de absorción, pero también hay una falta de previsión sobre las obras”. Y graficó: “La semana pasada tuve a toda mi familia con gastroenteritis y fiebre, no podemos utilizar prácticamente los sanitarios porque por momentos el agua brota por el baño y el patio se ha transformado en un gran pozo negro”.

Esta semana, ya con el respiro que dio el clima, se observaron maquinas municipales en el lugar tratando de llevar solución a los vecinos del sector.