A principios de 2012 se anunciaba el desembarco de los primeros televisores 4K, que ofrecen pantallas con una resolución que es cuatro veces la del Full HD (unos 8 megapixeles). Eran pantallas del tamaño de una pared y cuyo valor era algo prácticamente impagable, pero la historia reciente demuestra que, si bien estos avances tecnológicos en un comienzo pueden resultar extremadamente caros, muy rápidamente estos precios alcanzan niveles lo suficientemente bajos como para convertirse en productos de alcance masivo. Sobran ejemplos para demostrarlo.

Y las pantallas 4K no fueron la excepción a esta regla. Hoy están cada día más cerca del consumo masivo. Por lo menos eso sugieren la primera línea de computadoras portátiles con pantalla de Ultra Alta Definición (UHD, por sus siglas en inglés, mejor conocido como 4K). Fueron lanzadas por Acer y Toshiba, por ahora pensadas para usuarios con mucha demanda gráfica, editores de video o fotografía.

Cuestan unos 1500 dólares en Estados Unidos. No es un valor al que podamos llamar popular, pero es un indicativo de que más pronto que tarde, estaremos hablando de un amplio segmento de computadoras portátiles con pantalla de esta resolución.