La Municipalidad de San Francisco entregó este jueves 125 Créditos Solidarios CRESOL a jóvenes y adultos beneficiarios de este programa que pretende contribuir en el desarrollo de un estudio de nivel superior, terciario y universitario.

Detrás de cada persona beneficiada se esconden necesidades, deseos y agradecimientos. Te contamos las historias de Estaban Fernández y Sandro Lucero, pero con el sueño de mejorar sus vidas.

Sandro Lucero tiene 47 años, es albañil y hace dos que terminó sus estudios secundarios. Por insistencia de su esposa e hijos, decidió continuar una carrera terciaria por lo que el CRESOL significa una ayuda, debido al duro momento por el que pasa el sector de la construcción.

“Mi familia me incentivó para que siga estudiando, más de todo mi esposa para tener un mejor pasar. Hace 20 años tuve un accidente, tengo un brazo incapacitado y si bien sigo trabajando como albañil, el dinero no alcanza”, reconoció Sandro.  

El hombre finalizó sus estudios secundarios en el turno noche de la escuela San Martín y para él significó reencontrarse con el estudio y con una linda experiencia. “Aprendí mucho y por eso quiero seguir estudiando Martillero y corredor público. Espero culminar con esta carrera que es un sueño para que la familia pueda vivir mejor”, le dijo a El Periódico e insistió: “Con un estudio uno puede estar mejor, vivir más libre”.

“Sin educación pública no podría estudiar”

Esteban Daniel Fernández fue uno de los beneficiarios que al momento de recibir el aporte pidió la palabra para expresarse ante el auditorio para defender la educación pública.

“Soy estudiante de la UNC, la cual es pública y me gustaría agradecer porque esta ayuda es un privilegio pero la educación es un derecho. La educación es San Francisco no es chica, deberíamos pelear y hacer conocer la lucha de los docentes y dejar en claro que con la universidad pública no se metan”, dijo el joven ante el aplauso de los presentes.

Esteban estudia Traductorado de alemán e inglés en la Universidad Nacional de Córdoba, y para él este aporte significa una gran ayuda.  

“Económicamente no estamos en la peor situación familiar pero es una gran ayuda. Estoy viviendo en Córdoba y vengo una vez al mes gracias también al boleto educativo, el cual también me es de gran ayuda”, aseguró.

Al momento de recibir su aporte fue el único que se atrevió a decir unas palabras en defensa de la educación pública: “Sentí que tenía que decir algo en defensa de la educación pública. Por eso quería agradecer por la beca, pero también mencionar que si no fuera por la educación pública, yo no podría estudiar.  Mi mamá es docente y mi papá está desempleado, literalmente es una gran ayuda, un ingreso con el que no podría conseguir los libros de la Facultad”.

Historias detrás de los CRESOL: agradecimientos, defensa a la educación y sueños