Que los quince años de las chicas no es una fecha más en sus vidas no es una novedad, pero tampoco pasa desapercibido en el paisaje urbano de San Francisco, donde los compañeros de curso y amigos en general le regalan a cada cumpleañera una tarde especial en su honor llena de alegría, música y pintura que termina en corridas por la calle del frente de su casa.

Una linda tradición de la ciudad es pintarle a la cumpleañera un dibujo que la representa pero sin que sepa sobre qué va a ser. Mientras los más habilidosos empiezan a bosquejarlo y comienzan a sonar las primeras canciones, la homenajeada recibe las visitas en el interior de su casa. Solo está permitido que salga cuando el dibujo esté terminado sobre el pavimento o en una pancarta, los baldes con mezcla llenos y todos estén listos para correr.

El grupo de amigas más allegado comienza como mínimo con dos semanas de anticipación a organizar la juntada. Según Giuliana Goretta y Josefina Gambino, amigas de Morena García, que tuvo su pancarta el 11 de septiembre, lo primero es preguntarle a la cumpleañera qué día hacer “la calle”.

Quinceañeras
La mezcla

Algunos días antes, las amigas se encargan de la compra de los insumos básicos. Los chicos, por su parte, se dedican a la preparación de lo que los adolescentes llaman “la mezcla”. Esto es infaltable en cada pintada y es la suma de cuanto desperdicio se cruce en el camino de los amigos, pasando desde pastos secos y restos de comida hasta pañales usados y agua de canales. Todo es válido para el preparado que termina sobre la cabeza de la cumpleañera cuando sale de su casa.

La homenajeada corre por la calle buscando abrazar y ensuciar a la mayor cantidad de amigos y familiares mientras esquiva los autos que pasan por allí para después recorrer todo el camino que le prepararon, una frase y los números del 1 al 15 representando uno por cada año, para terminar descubriendo la pintura que le hicieron.

Sensaciones

Para las amigas que no tuvieron “su calle”, es la antesala a su tarde especial. “Tengo la re emoción para mi calle, es en marzo del año que viene pero ya pensé qué quiero que me dibujen”, expresa Giuliana, mientras Josefina, que ya cumplió sus 15 años, cuenta que le gustaría volver a vivir su calle y disfrutarla otra vez porque “pasa muy rápido”.

Quinceañeras

¿Calle o pancarta?

Cada una tiene sus pros y sus contras, pero la diferencia principal radica en si la calle es pavimentada o de tierra y si el tráfico de vehículos permite que durante toda la tarde haya chicos pintando. Si no se puede decorar el pavimento el dibujo se hace sobre tela a modo de pancarta. Según las quinceañeras la calle lo que tiene es que todos pueden firmar, la pancarta es más duradera porque la calle en algún momento se termina borrando.