La abuela, que vive hace nueve años en el viejo edificio de tribunales, no disimula su alegría. Hace dos semanas estuvo en terapia por su problema en el corazón, pero ese día se hizo cargo de los preparativos. “Es una fiestita, para que los chicos tengan algo”, le dice a EL PERIÓDICO la mujer.

La alegría de Nieves se debe a que durante la mañana del último miércoles, un equipo conformado por arquitectos y asistentes sociales enviados por el Ministerio de Desarrollo de la Provincia estuvieron en el viejo edificio observando las condiciones en qué viven las sesenta personas (la mitad son chicos) que habitan en el lugar.

“El arquitecto Arias nos dijo que pronto íbamos a tener una contestación porque el edificio está muy deteriorado. Estuvieron sacando fotos del lugar, se preocuparon por las familias, la que vino era gente muy humana; nos tomaron los datos para presentar lo antes posible la planilla y buscarnos una solución”, explicó Nieves, quien prefirió no afrontar la entrevista con este medio sola: “Hablamos en representación de todos los vecinos que vivimos acá”, dice y llama a una vecina para quedarse tranquila.

A la charla se sumó Verónica Salas, quien vive allí con su familia hace siete años: “Nos dijeron que vamos a tener una solución urgente porque este edificio no está preparado para que viva gente, está en muy malas condiciones”, afirmó.

Ambas indicaron que se enteraron de que algo iba a suceder cuando leyeron la nota de EL PERIÓDICO de hace dos semanas, cuando barajaban algunas posibilidades para solucionar el problema habitacional de la construcción ubicada en la intersección de Juan José Paso y Mitre.

“Nos preocupamos, pensamos enseguida adónde vamos a ir con los chicos si nos sacan de acá”, indicó Salas, quien reconoció “estamos usurpando, es cierto, pero no podemos alquilar”.

Un mal de varios

El problema de muchas de las familias que viven en este viejo inmueble es que no tienen un recibo de sueldo o una garantía para alquilar una propiedad. “Lo que yo cobro de jubilación no me sirve para pagar el alquiler, te piden dos o tres meses de adelanto, garantía y no lo tenemos. Mis nietos trabajan de albañil y no tienen recibo de sueldo”, apuntó Rivarola.

 Desde que viven en este lugar: ¿cuántos políticos vieron pasar y prometer una solución?

Verónica Salas (VS): Uy… un montón.

Nieves Rivarola (NR): Vimos muchos políticos pasar por acá y escuchamos muchas promesas.

VS: (Hugo) Madonna nos dijo que nosotros íbamos a entrar en el plan de las 95 viviendas, junto con la gente de La Villita y el ferrocarril. Luego con (Martín) Llaryora no fue así. Después nos volvieron a prometer una solución para el 2011.

¿Cómo se llevan con los vecinos de la cuadra, del barrio?

NR: Afuera hay gente buena y mala, con algunas conversamos, algunos hijos de familias vecinas se saben juntar con chicos de acá.

VS: Estamos mal mirados por todos. Las cosas que dicen de nosotros causan bronca, impotencia. Los chicos van al colegio y tienen vergüenza de decir que viven acá porque les dicen cosas, los discriminan por eso.

NR: La policía siempre está latente aquí. Las otras noches dos móviles pararon a mi nieto y un amigo y si no estábamos nosotros presentes se los iban a llevar y ellos no tienen antecedentes. No somos todos malos.

¿Si ustedes pudieran elegir cómo solucionar este problema qué aconsejarían?

NR: Estamos dispuestos todos a pagar, gratis no queremos nada. La idea es pagar por estar en un lugar y que algún día sea nuestro, pero que nos den posibilidades para pagar.

¿Volvieron las esperanzas luego de la visita del gobierno provincial?

NR: Tenemos una esperanza, esta vez no nos dieron la espalda sino que vinieron.

VS: Estamos emocionados, vinieron a ver cómo vivimos realmente, cómo somos y se fueron bien por cómo los atendimos.

 

“En ruinas”

 Así calificó al edificio de los ex tribunales el arquitecto Arias, enviado por el Ministerio de Desarrollo Social provincial. “Vinimos a hacer un relevamiento de la situación socio-habitacional del lugar. Es un edificio en ruinas, con redes eléctricas y sanitarias precarias”, precisó.

Las posibilidades

Según publicó EL PERIÓDICO hace un par de semanas, las soluciones que se barajaban para este problema habitacional eran: ayudar económicamente a las familias para que durante un año alquilen un lugar donde vivir mientras buscan cómo asentarse definitivamente o donarles un terreno municipal y que el ministerio provincial otorgue materiales de construcción para que estas familias puedan levantar sus viviendas. Esto deberá decidirlo el intendente.