Más de 300 chicos asisten a los comedores comunitarios ubicados en los barrios Parque, San Cayetano y La Milka. Se trata de una cifra significativa.

“Hace un par de meses que la situación se puso dura con respecto a la comida. Los chicos crecen y comen más”, aseguró a El Periódico Mónica Airaudo, quien está a cargo del comedor “Caritas Felices” en San Cayetano.

A este lugar concurren diariamente, por la mañana y por la tarde, un promedio de 50 niños y adolescentes. En el lugar se les ofrece desayuno, almuerzo y merienda. Y los fines de semana se les entrega a las familias leche, con la ayuda de Graciela Magario, y productos de panificación.

“Se notan mayores necesidades en las familias. La mayoría de los chicos que vienen al comedor son hijos de mamás solas, que vienen de San Cayetano y también de barrio Acapulco. La necesidad desde la comida, el calzado y la ropa se notó mucho más este año”, señaló.

Caritas Felices cumplirá próximamente nueve años de vida. En sus inicios asistían al comedor alrededor de 20 chicos. Hoy los inscriptos son 70.

Almuerzo y meriendas reforzadas

En los barrios Parque y La Milka funciona el comedor “La Virgencita”, que trabaja de manera conjunta con Cáritas. Tiene más de 20 años de vida y muchos chicos pasaron por allí. Actualmente son más de 200, habiendo cerrado en 2013 con 170 inscriptos. Además se ofrece apoyo escolar.

Marcelo Suppo, director de Cáritas Diocesana a nivel local, indicó que debieron sumarle las “meriendas reforzadas con leche con cacao, jugos, frutas, quesos y yogures: “Sabemos que para algunos de los chicos la merienda es su última comida del día, por eso le aportamos nutrientes”, manifestó.

Crecimiento en pocos meses

En barrio La Milka armaron este año un comedor similar. Comenzó a funcionar en el mes de abril con nueve chicos, cifra que se triplicó en una semana. A cinco meses de su apertura, son 50 los niños y jóvenes en edad escolar que asisten cada sábado y domingo.

“Decidimos lanzar este comedor los fines de semana porque de lunes a viernes los chicos comen en el comedor del colegio, por eso decidimos reforzar brindando el almuerzo”, explicó el presidente del centro vecinal, Héctor Vera.

El comedor de barrio La Milka funciona en la sede del centro vecinal y complementa la alimentación que chicos reciben de lunes a viernes a través del Programa de Asistencia Integral Córdoba (Paicor).

Al referirse al aumento que se dio en poco tiempo en la cantidad de chicos que concurren, Vera expresó que “el comedor se hizo más conocido, se enteraron otros miembros de las familias de los chicos que asisten y además llegan desde otros barrios como Bouchard y San Javier (Frontera)”.