Desde 1985, la Organización Mundial de la Salud, a partir de un relevamiento con profesionales de todo el mundo, considera que la tasa ideal de cesáreas debe oscilar entre el 10 y el 15 por ciento. Sin embargo, las cesáreas son cada vez más frecuentes tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. En nuestra ciudad, la tendencia se repite.

Historia

Saúl Kohan Boc (MP 24382 / ME10492), a cargo del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Iturraspe, pero con experiencia también en el sector privado, concuerda con que las cifras estipuladas por la OMS, en la práctica, se dan a la inversa.

“En realidad no es algo nuevo. Es una historia larga. La primera complicación grave que se le atribuía al parto normal era una lesión en el feto. Fue Freud el primero que habló de la parálisis cerebral. Él sostenía que gran parte de estas parálisis eran provocadas por la asfixia que se producía en el momento del nacimiento. Eso llevó a que aumentaran las cesáreas”, explicó el profesional.

Los motivos, hoy

En la actualidad, hay numerosos motivos que explican por qué los números establecidos a nivel mundial no se cumplen.

Tanto Kohan Boc como Yesid Acosta (MP 33210 / ME 16665), ginecólogo y obstetra que trabaja en una clínica privada, aunque también en el hospital local, coinciden en que una cesárea previa aumenta las posibilidades de que el parto posterior también sea por cesárea.

“Con una sola cesárea no hay una indicación absoluta de una nueva cesárea, pero con dos o más sí. Entonces ahí ya hay una población”, explica Kohan Boc.

En San Francisco las cesáreas triplican a los partos naturales

Saúl Kohan Boc, ginecólogo y obstetra

Riesgos y presión legal

“No hay más riesgo en un parto natural, sino que lo que puede pasar es impredecible. Y cuando pasa algo, pasa algo feo. La cesárea también tiene sus complicaciones, pero las podés controlar porque lo estás viendo”, revela Acosta.

Kohan Boc agrega que “la cesárea es una cirugía, donde se abre el abdomen y en la cual existe el riesgo de infección, de sangrado, de lastimar las vías urinarias a corto y largo plazo. La cesárea en sí tiene sus riesgos, pero son específicos”.

Además, Acosta detalla que “casi siempre el paciente y su familia no conciben de que algo pueda salir mal. Cuando la mujer está embarazada quiere irse a su casa con el bebé. Pero si pasa algo, el problema es el médico. Si pasa algo reclaman por qué no se hizo una cesárea. Cuando un médico va a juicio por mala praxis en obstetricia, siempre lo que el juez pregunta es por qué no se hizo una cesárea”.

Elección del paciente

Kohan Boc afirma que otra de las cuestiones que hacen masivas a las cesáreas tiene que ver con la elección de la paciente, que hoy se inclina por esta opción.

"Hay algunas a las que no les gusta el tacto. O cuya familia te dice en medio del trabajo de parto que ven mal a la mujer. Incluso, hay quienes te amenazan ante algo que le pueda pasar al bebé. La gente está muy agresiva. Antes la palabra del médico no era discutida”, manifiesta Acosta.

Tiempos biológicos

Otra de las causas tiene que ver con que no suelen respetarse los tiempos biológicos que podrían terminar en un parto natural. “La fecha probable de parto se cumple a las 40 semanas. Si el bebé no nació pero se esperaran unos días más, seguramente bajaría el porcentaje cesarial. Sin embargo se suelen hacer inducciones, es decir, se estimula la contracción. Esto sucede porque hay toda una cultura de que ‘nada tiene que doler’, y el parto es uno de los dolores más intensos descritos en la bibliografía. Una cultura de ‘nada puede salir mal’. Hacer una cesárea te lleva media hora, un juicio te lleva 10 años, aunque no tengas ninguna responsabilidad”, explica Kohan Boc.

Disposición de profesionales

“Generalmente, los médicos trabajan en tres o cuatro lugares y no hay tiempo para hacer un trabajo de parto como a uno le gustaría”, aclara Kohan Boc.

En San Francisco las cesáreas triplican a los partos naturales

Jesid Acosta, ginecólogo y obstetra

Acosta, por su parte, añade que “en la parte pública hay más partos naturales porque hay un obstetra las 24 horas que está esperando a la paciente. En la privada, llega la paciente y el obstetra tiene que venir a controlarla. Por ahí existe una falsa creencia de que la cesárea se paga más que un parto natural. Pero no, la obra social paga exactamente lo mismo. Lo que pasa es que los tiempos que consume un trabajo y otro son muy distintos. Con un parto natural recién se puede ir a las diez horas”.

En números

Según datos surgidos del Hospital Iturraspe, en los últimos tres años se dieron aproximadamente entre 700 y 750 nacimientos anuales. “De esa cantidad, alrededor del 60 o 65 por ciento fueron cesáreas”, confirma Kohan Boc, quien añade que “en adolescentes hay un porcentaje menor de cesáreas que en pacientes mayores”.

Por su parte, Acosta detalla que en la parte privada los casos rondan entre el 60 y el 70 por ciento. Sin embargo, si se habla de San Francisco, las cifras de cesáreas pueden trepar al 80 por ciento.

“En las ciudades grandes hay más partos naturales porque existe verdaderamente el parto sin dolor. A la mujer, cuando empieza a sentir dolor, le ponen analgésicos. Eso todavía es ficción en San Francisco. Necesitás un anestesista, un obstetra y una partera, durante todo un trabajo de parte. Es caro y las obras sociales no lo pagan. Por eso, eso solo se ve en centros privados grandes”, suma Acosta.

Otros motivos 

Otro de los motivos que sin dudas avala el gran número de cesáreas es la mejora en las técnicas. “Lo que antes era una operación heroica ahora es la cirugía más frecuente del mundo”, finaliza Kohan Boc.