El profesor de Historia Daniel Lario se propuso investigar el pasado de San Francisco a través de las primeras imágenes que datan del comienzo de la colonia, pero, sobre todo, indagar en quiénes fueron aquellos que produjeron esos registros históricos: los primeros fotógrafos de la floreciente colonia. 

“Una fotografía dice muchísimas cosas, pero una foto antigua permite determinar características sociales, políticas, económicas, culturales, sociológicas, antropológicas de una época, pero no quise quedarme en la fotografía como testimonio histórico sino que me interesaba saber quién estaba detrás de la cámara: el fotógrafo”, explicó a El Periódico el docente de la escuela Normal ‘Nicolás Avellaneda’.

Este valioso y extenso trabajo de investigación, al que pocas personas pudieron acceder, le permitió graduarse como docente alrededor del año 1994 y le llevó más de dos años de laboriosa tarea. La obra surgió en el marco de un Seminario de Investigación con el que contaba su carrera y al que tituló: “Breve introducción al estudio de la fotografía en la ciudad de San Francisco”.

Con esta investigación, cuya temática es inédita, Lario pudo detectar y descubrir a más de cien fotógrafos de la ciudad de San Francisco entre los años 1890 y 1995.

Primeros fotógrafos de San Francisco

- ¿Qué lo llevó a realizar esta investigación inédita?

- Decidí elegir como tema la fotografía, porque alrededor de 1994 tenía un valor como registro y testimonio muy importante. En la actualidad vivimos en la sociedad de la imagen, todas las personas cuentan con un celular, sacan fotografías por doquier, sin embargo cuántas de esas imágenes van a quedar plasmadas para la posteridad o van a poder ser analizadas como nosotros tenemos la oportunidad de analizar nuestro pasado. Hoy prácticamente no se hacen fotos en papel y creo que el riesgo que se corre es que estamos perdiendo la memoria fotográfica con respecto al soporte técnico que permitirá poder acceder a esa imagen. Es verdad que tenemos bytes, memoria y la nube, pero, ¿tenemos verdaderamente? ¿La posteridad va a poder ver lo que nosotros fuimos realmente?

Estos interrogantes llevaron a Lario a realizar una retrospección de más de un siglo para localizar las primeras fotografías y sus autores. “Quise descubrir ese maravilloso trabajo de ser fotógrafo, sobre todo en San Francisco fines del siglo XIX, en la colonia y la aventura de venir a tomar una fotografía. Repito tomar una fotografía porque hoy estamos tan habituados a tener un celular y sacar fotos, subirlas a las redes, compartirlas, pero hace cien años atrás no era así, sacarse una fotografía era un evento social que involucraba tiempo y dinero”, explicó.

- ¿Qué importancia tenía la fotografía en los inicios de la colonia?

- Esa fotografía en la naciente San Francisco, en la pampa gringa, tenía un valor sentimental y emocional enorme, primero porque muchas de las personas que se sacaban las fotografías aquí no eran para ellos, eran para sus abuelos, sus padres o sus hermanos que estaban en el extranjero. Era para mostrar: ‘acá estoy haciendo la América’ y es por eso que muchas fotografías deben estar en el Viejo Mundo. Las que quedaron acá eran para compartir con otros parientes: ‘Mirá tengo una casa, una familia, un trabajo, me casé, tengo hijos’. La fotografía era un evento social, se fotografiaban los casamientos, los bautismos, las fiestas sociales, el trabajo, pero también las defunciones.

- Sacar una fotografía era entonces un acontecimiento.

- Una fotografía no era común en la época de la colonia, era un recurso valioso, un acontecimiento detrás del cual había un proceso social. Primero porque estamos hablando que tomar una fotografía demandaba conocimientos de física, de química, de luz. Pero además la gente debía ir hasta el lugar donde se encontraba el fotógrafo, pedir un turno con antelación y luego cambiarse de determinada forma, asumir determinaba postura, usar cierta ropa y en el caso de las mujeres un determinado maquillaje y un corte de pelo. Y lo interesante de observar aquellas imágenes es que nos permiten ir detectando cómo fue cambiando una sociedad y como el fotógrafo también se iba desarrollando dentro de la comunidad.

El profe de historia que “reveló” a los primeros fotógrafos de San Francisco

El estudio

Lario dividió su trabajo de investigación en tres etapas: una primera que va desde los años 1893 a 1935, del ’35 a 1960 y desde esta última década hasta el ’95.

“En la primera etapa hay una característica común y es que los fotógrafos fueron en su mayoría extranjeros, todos venían de otras comarcas aledañas e incluso de otras provincias y países”, refirió. El docente definió al segundo período como de los fotógrafos clásicos: “A diferencia de los anteriores, éstos ya son oriundos de San Francisco, son hijos de fotógrafos o se han radicado en la ciudad con la intención de desarrollar la labor fotográfica”.

En su tercera etapa analizó algunos casos donde se tratan de terceras generaciones de fotógrafos, “que exponen una imagen diferente, con otras características técnicas, se usan otro tipo de máquinas, se ha masificado la fotografía, surgen los estudios fotográficos que van a tener proyección en la zona y se incursiona en la fotografía artística”, reveló.

El primer fotógrafo

En su investigación, el profesor reveló que el primer fotógrafo de la ciudad fue un inglés llamado Jhon Cleland, cuya residencia todavía está en pie sobre 9 julio al 1400 y que fue la primera casa fotográfica de San Francisco y de toda la zona.

Sobre este inglés, Lario pudo rastrear a través de entrevistas con descendientes que previo a desembarcar en nuestra ciudad, trabajó en una estancia en Saladillo (provincia de Buenos Aires) como capataz. “Conoció a su esposa y no sabemos por qué pero hacia 1893 ya está viviendo en San Francisco. Y pude descubrir que alrededor de 1913 hubo otro inglés, G.E Atwel, que tenía un estudio fotográfico que se llamaba Las Colonias y del que deduzco que tuvo contactos con Cleland”.

Cleland, el primer fotógrafo y su familia.
Cleland, el primer fotógrafo y su familia.

El profesor luego explicó que “las primeras fotografías y hasta la década del 20, eran modestas, simples, en donde lo que se quería retratar era la situación de la persona que está en Argentina o en San Francisco y que quería demostrar que estaba bien”. Sin embargo, aseguró: “Durante esa década, la fotografía trasmuta, se vuelve más social, muestra a una persona asentada, con un trabajo seguro, con sus hijos, se agregan elementos, tarimas, biombos, alfombras, sillones, es decir, mucho más artística”.

Y continuó: “Ya en la década del ‘30 y ’40, la fotografía comienza a masificarse y en la década del ‘50 y ’60 termina siendo un bien social, más popular y accesible a la mayoría de la población”.

Otros nombres que “hablaron con sus imágenes”

Entre los 100 fotógrafos registrados por Lario, el docente destacó la labor de aquellos trabajadores que decidieron aventurarse con la profesión en medio de la pampa gringa. “Me parece muy loable los fotógrafos de finales de siglo XIX, porque vieron una profesión, pero había que venir a esta comarca a buscar trabajo. La mayoría pudieron sobrevivir y desarrollar una vida social dentro de la comunidad”, acotó.

Luego, el profesor se refirió a otro fotógrafo particular que realizó sus primeros aportes a diarios y periódicos locales, como Bautista Rossi. “Se desarrolló como fotógrafo a comienzo del siglo XX, alrededor de 1915. La gran mayoría de la fotografía de comienzos de este siglo son de Rossi, pero es una incógnita cómo aprendió el oficio y que se dedicó como corresponsal fotográfico”.

Para Lario, un referente del oficio fue Aquilino Chana, español nacido el 4 de febrero de 1883, en un pueblo denominado Salas de los barrios, en la provincia de León. “Se afinca en la ciudad hacia el año 1917 instalándose en Pasaje Uruguay (hoy pasaje Champagnat). Chana será el fotógrafo fundamental de las imágenes sociales en San Francisco, la gente antes de ir a los eventos sociales que se realizaban en el Jockey club pasaban por su estudio. Es el primer fotógrafo que tiene una mirada comercial pero con el toque artístico, que se ocupa por los detalles”, puntualizó.

Foto de Aquilino Chana.
Foto de Aquilino Chana.

Lario pudo ir presentando algunos de estos personajes en las jornadas de Historia Regional que desde hace años lleva adelante el Centro de Estudios Históricos de San Francisco y la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico. Su intención es continuar su labor de divulgación para “conocer y dejar constancia de ese pasado y sus fotógrafos”, pero con la inquietud a futuro de no saber “si en el futuro se podrá legar nuestro presente y si lo van a poder analizar como hicimos nosotros”.

Foto tomada por Bautista Rossi a la familia Posetto-Devalis.
Foto tomada por Bautista Rossi a la familia Posetto-Devalis.

Meses de espera

Para realizar su investigación en 1994, Lario tuvo que recurrir a fuentes directas e ingeniárselas en una época en que la Internet era una experiencia que estaba desarrollándose en el mundo. “No había nada escrito al respecto, no había archivos, tuve que reconstruir a partir de entrevistas con los descendientes de esas personas. Y no eran los hijos, sino los nietos o bisnietos y muchos de ellos ni siquiera vivían en San Francisco, incluso he contactado algunos en el exterior. Tuve que recurrir a las cartas, enviarlas por correo, esperar las respuestas, volver a escribir. Esperé cartas por casi durante medio año”, comentó sobre su obra.