"A Dios sólo le agrada la fe profesada con la vida, porque el único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada", sentenció este sábado el Pontífice durante su homilía en el Estadio Air Defence de El Cairo, donde celebró misa para unos 15.000 fieles.

La celebración se dio en el segundo y último día de su visita al país africano en la que, con el lema "Papa de paz en país de paz", a bordo del avión papal, se mostró junto al mayor líder islámico de la región, Ahmed El-tayeb, para condenar juntos la "violencia profanada en nombre de Dios", según informó Télam.

La misa significó, además, el primer gran encuentro de masas tras la mortal estampida luego de una serie de choques entre hinchas y policías que en febrero de 2015 provocó 22 muertos durante un partido de la Primera División del fútbol egipcio, y que había obligado a suspender el campeonato por varios meses.

"La fe nos da la valentía de perdonar a quien nos ha ofendido, de ayudar a quien ha caído, a vestir al desnudo, a dar de comer al que tiene hambre, a visitar al encarcelado, a ayudar a los huérfanos, a dar de beber al sediento, a socorrer a los ancianos y a los necesitados", agregó Bergoglio durante la homilía en la que convocó a cristianos y musulmanes "a vivir la cultura del encuentro".

"La verdadera fe es la que nos lleva a proteger los derechos de los demás, con la misma fuerza y con el mismo entusiasmo con el que defendemos los nuestros", finalizó, en un contexto de fuertes denuncias de diversos organismos internacionales al gobierno de Al Sisi por supuestas violaciones masivas a los derechos humanos que incluyen torturas, desapariciones forzadas y represión a opositores políticos.

Tras la misa y luego de celebrar un almuerzo y posterior encuentro con el clero local, Francisco regresará a Roma en un vuelo de Alitalia a las 17 de El Cairo, para llegar a la capital italiana unas tres horas más tarde.