Gamaliel Galván es bombero desde hace 13 años y lleva nueve en el cuartel local. Es el voluntario más premiado de este año, no solo por su capacitación sino también por su asistencia y dedicación. Además, es el segundo escolta de la bandera de la República Argentina por ser el Bombero Voluntario mejor calificado.

Su padre y su tío son bomberos también, pero el voluntariado de Gamaliel no empezó por su padre ni por vocación. Él cuenta que entró a Bomberos Voluntarios de Freyre un día que cansó a su madre portándose mal. A modo de castigo, su papá lo puso a lavar autobombas y a partir de ese momento reconoce que no pudo dejar la institución.

Cuatro años después de ingresar al cuerpo activo de Freyre, decidió venir a San Francisco con quien en ese momento era su pareja.  Pidió el pase de cuartel y se trasladó a la institución local. Contó que en los primeros dos años la situación no fue fácil para él; los cambios eran muchos y no conocía a nadie dentro del cuerpo activo. Explica, también, que le costó mucho adaptarse y que incluso quería volverse a su localidad natal.

A pesar de su difícil experiencia inicial en el cuartel, Galván cuenta orgulloso que hoy no se iría de la institución. Considera al lugar y a sus compañeros como una segunda familia. Dice que son muy bromistas pero que siempre se preocupan por el otro, por saber cómo está o por ayudar si necesita algo.

Capacitado

El escolta de la bandera nacional trabaja en el área de equipamiento, donde se encarga del control de todas las herramientas y equipos de trabajo. Además está en el grupo especial de materiales peligrosos de San Francisco y pertenece también al departamento provincial del mismo. Con el departamento provincial se encargan de capacitar a los cuarteles de toda la provincia y capacitarse ellos; para esto, deben viajar a otros países donde obtienen mayor información en la materia. 

Además de ser un gran profesional como Bombero, Gamaliel también es un gran padre. Tiene dos hijas, Lujan y Alma. Dentro de su rutina diaria cuenta que cuando sale de trabajar almuerza con sus hijas, luego las lleva al colegio y por la tarde meriendan juntos. El bombero trabaja en el Hospital J. B. Iturraspe y dice que muchas veces su encargada dentro de dicho establecimiento le dice que acuda a los siniestros. Sin embargo, elige salir de su trabajo sólo cuando son hechos de grandes magnitudes o que involucran personas.  A pesar de todas sus actividades, el voluntario mejor calificado puede acomodarse sus tiempos para cumplir con su trabajo, su pasión, y sus hijas.