Llamado accidente cerebrovascular (ACV), ataque cerebral o stroke, se divide principalmente en dos grandes grupos: isquémicos –aquellos donde la interrupción del flujo sanguíneo se produce por la obstrucción de una arteria del cerebro–, y hemorrágicos –aquellos en los que ocurre un sangrado como consecuencia de la ruptura de una arteria–.  

En la Argentina el tipo isquémico representa el 80% de los casos. Si bien el tratamiento del ataque cerebral isquémico es diferente al del hemorrágico, comparten muchos factores de riesgo que pueden llevar a causarlos.

Para el doctor Gabriel Persi, coordinador del Área de Neurología Vascular del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), "conocer los factores de riesgo es fundamental ya que su correcto control previene la mayoría de los ACV; tanto es así que los especialistas dejaron de hablar de accidente cerebrovascular para hablar de ataque cerebral, ya que al ser posible tomar medidas para que no ocurra deja de ser un accidente".

Los principales factores de riesgo "modificables" que aumentan el riesgo de sufrir un ataque cerebral son: la hipertensión arterial (el más importante), la diabetes, el tabaquismo, la obesidad, la falta de actividad física, el colesterol elevado, el estrés, un tipo de arritmia llamada fibrilación auricular, el consumo excesivo de alcohol y las drogas ilícitas, entre otros

Cómo darse cuenta de que alguien está sufriendo un ataque cerebral

Existen, según los especialistas consultados, dos métodos sencillos:

La regla de las 5C:

• Cuerpo: Sentir un lado débil, dormido o paralizado (cara, brazo o pierna)

• Confusión: Problemas para hablar o entender

• Ceguera: No ver bien o quedarse ciego de repente

• Caminata: Problemas para caminar, alteración del equilibrio.

• Cabeza: Dolor súbito y fuerte de cabeza

Además de tener presentes los síntomas antes mencionados, una forma sencilla es realizar el siguiente examen con la persona que potencialmente presente los síntomas.

1-   Pídale que sonría. Si ambos lados se mueven igualmente, es normal; si un lado del rostro no se mueve o cae, no.

2-   Pídale que levante los brazos. Es normal cuando ambos se mueven al unísono y anormal cuando uno cae o tiende a caer, no puede mantenerlo en alto como al otro.

3-   Pídale que diga una frase simple, como "el cielo es azul". Será normal si la pronuncia sin dificultad y anormal si habla con dificultad, arrastra  las palabras, enmudece o no comprende.

Fuente: Infobae.com