Lógicamente que en una ciudad con una historia tan vinculada a la inmigración y especialmente a la italiana, como una de las corrientes más numerosas que llegaron a estas tierras, San Francisco tiene muchísimas marcas italianas. Algunas más claras y visibles, mientras que otras no tanto, pero que forman parte de un acervo cultural, arquitectónico y una idiosincrasia de nuestra comunidad.

Durante la inauguración de la Expo Polo Educativo realizada esta semana en el Superdomo, El Periódico consultó al intendente Damián Bernarte sobre qué huellas de aquel pasado inmigratorio italiano observa en el presente de la ciudad y qué marcas cree que son distinguibles. "Yo veo en San Francisco la mano italiana de las ciudades argentinas y claramente está reflejada en nuestra ciudad de hoy la impronta de aquellos italianos que escapándose de guerras y hambrunas vinieron en busca de un futro mejor”, consideró el jefe municipal.

Y agregó: “Aquí se encontraron con enormes extensiones de tierra, que trabajando de sol a sol fueron haciendo crecer la ciudad. Primero desde el campo, luego desde el ferrocarril, después el ferrocarril con los molinos y así fue creciendo la ciudad en base a la enorme capacidad de trabajo de todos quienes vinieron, pero fundamentalmente de quienes vinieron de Italia”.

En el mismo sentido, Bernarte consideró que San Francisco tiene mucho de las ciudades italianas. “El signo distintivo más notorio es el adoquín. Cuando uno recorre Italia se encuentra con una fisonomía similar, y con el orgullo de decir que los que vinieron acá lo hicieron mejor, porque nuestro adoquinado todavía resiste y está hasta más lindo que algunas ciudades italianas. En eso concreto quedó grabado a fuego la italianidad”, indicó.

Asimismo, destacó que los rasgos italianos también se manifiestan en las costumbres y formas de ver la vida. “Una sociedad que genera muchísimo, que a pesar de las crisis sistemáticas que tiene nuestro país siempre va para adelante, siempre hay nuevos objetivos, que tiene muchos emprendedores que siempre apuestan por la ciudad, por el país, aun a riesgo de perderlo todo. También en costumbres como la bagna cauda en semana santa, las pastas de los domingos, la reunión en familia de los domingos muestran a las claras que es una de las ciudades más italianas de la Argentina”, concluyó Bernarte.