El gobernador De la Sota analiza por estas horas cerrar “temporariamente” la Nueva Terminal de Ómnibus luego de que anoche cuatro personas quedaran encerradas en uno de los ascensores. Lo confirmaron fuentes de la Gobernación, quienes aclararon que en caso de que se concrete la medida será hasta que se concluyan los trabajos que le permitan “operar normalmente”. 

De esta manera, no se esperaría que la empresa que gane la licitación para explotar el predio complete las obras (como era el plan original), sino que el Estado se las exigiría a Riva, la empresa que la construyó. 

Cada vez que la Nueva Terminal tiene inconvenientes, De la Sota se desmarca. Ya dijo una vez que la obra era “una macana”. Ahora estaría decidido a ir un paso adelante. Ocurre que con cada lluvia la moderna estación queda anegada, como ocurrió ayer, cuando el hall central volvió a llenarse de charcos de agua por culpa de varias goteras abiertas en el techo.

Anoche, cuatro personas quedaron atrapadas en un ascensor. En diálogo con Cadena 3, una mujer que estaba en el interior dijo que le daba “bronca la hipocresía”. “Hacen mucha propaganda, pero está a la vista que la Terminal es para aparentar o no tiene mantenimiento”, agregó. 

El próximo 28 de septiembre hará exactamente un año que el ex gobernador Juan Schiaretti cortó las cintas de la Nueva Terminal Bicentenario. Y aún la enorme estación sigue sin ser licitada. Debido a esto, el complejo prácticamente no tiene oferta comercial y de servicios; no sólo para los pasajeros, sino también para las empresas. “Las boleterías siguen sin aire acondicionado, y todavía no podemos usar los depósitos de encomiendas”, aseguró el dueño de una transportista de media distancia. 

En tanto, los pasajeros continúan padeciendo los problemas estructurales que tiene el edificio, que datan incluso del día de su inauguración. Ayer, el agua le volvió a jugar una mala pasada a la T2, luego de que unas cuantas goteras regaran buenas parte del hall principal. Con baldes y trapos, empleados de limpieza buscaron durante toda la mañana contener el líquido, mientras los pasajeros trataban que sus equipajes no se mojaran.