La crisis económica no solo hace mella en los bolsillos. La psiquis de quien la sufre, también se ve afectada. Esto trae aparejado problemas dentro de la casa, con la pareja o la familia. Esta es una de las causas más importantes del aumento de consultas psicológicas en San Francisco en los últimos meses, asegura un informe del Colegio de Psicólogos, delegación San Francisco.

Los pacientes llegan a los consultorios víctimas de violencia, de trastornos de alimentación y de ataques de pánico y ansiedad. En otros casos muestran problemas de adicciones.

Desde el Colegio confirmaron a El Periódico que ya no es un tabú como en otros tiempos ir a terapia porque hoy el malestar se vive de otra forma: “Parece que ya no hay tiempo para estar mal y el sufrimiento se vive como algo que hay que sacarse de arriba lo más rápido posible”, explicaron.

Todo ya

El informe asegura que existe en las personas una “dificultad para procesar estados emocionales y una escasa  tolerancia a la frustración”. Para los psicólogos tiene que ver con la época que se vive y con la idea de tener “todo ya” para pasarla bien.

“Muchas consultas tienen que ver con cuestiones de ansiedad y muchas otras también con crisis de parejas en las que falta espacio para el diálogo, donde cada uno tiene como mandato poder trabajar, aportar a la economía del hogar (tema muy frecuente en todo tipo de consulta) y en donde está ausente el encuentro con todo lo que ello acarrea, tanto a nivel pareja como familiar”, remarcan, agregando que existe “una destacada postura individualista, donde se prioriza muchas veces lo particular dejando en evidencia serias dificultades de pensar en conjunto”.

Los profesionales indican que no hay recetas para afrontar una crisis pero que lo mejor es que cada uno pueda detenerse a pensar: “Poder reflexionar sobre la situación particular que vive cada uno, sin dejarse llevar por los modelos planteados mediáticamente, para encontrar maneras más saludables y reales de afrontar el problema es el primer paso”.

El consumo de psicofármacos es alarmante

Unos ocho millones de argentinos recurren a psicofármacos para superar trastornos de ansiedad, insomnio, nerviosismo o estados depresivos. En 2015, según cifras del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, se prescribieron unos 12 millones de recetas y los especialistas advierten que cada vez más jóvenes recurren a su uso.

“La gente está con muchos problemas y los médicos recetan más psicofármacos”, manifestó Carina, propietaria de una farmacia ubicada al suroeste de la ciudad. Aseguró que por su comercio pasan muchas personas con recetas y cuyos problemas están asociados a cuestiones económicas, familiares, entre otras. En la misma sintonía opinaron desde el Colegio de Farmacéuticos de nuestra ciudad.

Según datos de la consultora especializada IMS Health, en la última década en Argentina, el clonazepam –una benzodiacepina que actúa sobre el sistema nervioso central y tiene efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos y miorrelajantes– creció 132%. “En 2004 se vendieron 194.895.219 unidades de comprimidos de este medicamento, mientras que el año pasado la cifra fue de 453.074.727. El clonazepam es el líder indiscutido del mercado y dentro de la categoría para tratar trastornos de ansiedad y de pánico le sigue el alprazolam.

Semejanza con 2008-2009

El panorama actual se asemeja –según profesionales particulares consultados- a lo que ocurrió unos siete años atrás. La crisis financiera mundial, el conflicto entre el Gobierno y el campo, y las mutuales o prestamistas de dinero que quebraban por malos manejos, incrementaron las consultas al psicólogo.