“Felipe nunca sale de mi casa, ayer por la tarde (por el martes último) no sabemos por qué motivo estaba afuera. Alrededor de las ocho de la noche comenzamos a buscarlo por la cuadra y una vecina nos comentó que en la esquina de las calles 74 y 3 dos jóvenes tomaron el perro con un trapo, porque él las quería morder”, cuenta a El Periódico la dueña de un caniche toy blanco que fue robado el lunes pasado en Frontera.

Según una testigo ocasional, una de ellas tenía el cabello teñido de rubio y las puntas de color rojo, y la otra, era mayor y llevaba un rodete.

A los pocos días lo encontraron. Según manifestó, lo tenían en un domicilio cerca de su casa. Le pidieron rescate por su devolución.

Más casos

Marcelo, un vecino de San Francisco, también tuvo la fortuna de recuperar a su perra beagle, aunque meses después de que se la robaran. Buscando de un lugar a otro sin bajar los brazos, consiguió el dato de quién podía tenerla: “La encontré en malas condiciones, muy flaca y hasta la hicieron tener cría”, dijo. 

Otra sanfrancisqueña contó que hace un par de años le rompieron el portón que da al patio de su casa y le robaron una cachorra golden retriever. En la primera noche que durmió afuera, sus dueños la escucharon ladrar pensando que quería entrar, pero más tarde advirtieron que de la perra solo quedaba la cucha.

Hembras pequeñas y dóciles

Aunque a veces los robos se producen al “boleo”, la tendencia es robar hembras, de tamaños pequeños y dóciles. “Pueden tener cría dos veces al año y la ganancia está en la venta de los cachorros”, contó un veterinario consultado por este medio, quien prefirió resguardar su identidad. Luego, la perra es abandonada y en muy mal estado.

Por ejemplo, un cachorro raza beagle puede costar arriba de los dos mil pesos y un caniche toy unos 1500 pesos. Pero en el mercado negro esas cifras se reducen considerablemente: “Por 700 o mil pesos te lo dan”, afirmó el profesional.

Estos casos afectan de sobremanera la vida de una familia, ya que la mayoría de estas mascotas son como un integrante más de ellas. La pérdida emocional es muy grande, algo que no parece preocupar a los delincuentes que luego las explotan.

Denuncias

A instituciones como BioAnimalis o la Sociedad Protectora de Animales suelen llegar a diario avisos de perros de raza y mestizos extraviados. En muchos casos con los primeros, termina siendo un robo. Pese a ello, en la mayoría de los casos los dueños no recurren a la Policía.

Datos registrados por la Unidad Judicial que funciona en la Policía Departamental San Justo, muestran que en lo que va del año hubo solo cuatro denuncias sobre robo de perros, siendo dos hechos esclarecidos mediante allanamientos. En ambos casos hubo una extorsión por parte del delincuente hacia los propietarios de las mascotas.

El comisario Raúl Araya reconoció que no son muchas las denuncias recibidas por robo, aunque aseguró que sí hay denuncias cuando vecinos observan maltrato animal: “La gente tomó mucha conciencia en este sentido y denuncia cuando ve a animales que son víctimas de maltrato”.

Estar atentos

La mayoría de las víctimas perdió su perro cuando le abrió la puerta de la casa y lo dejó salir a la vereda sin compañía pensando que iba a volver como siempre. Ese es el movimiento que esperan los delincuentes.