Las drogas de muchos remedios pueden alterar el estado psicológico y/o físico del conductor. Si el médico receta un nuevo fármaco, es importante consultarle si el mismo puede afectar la conducción, y también es imprescindible leer el prospecto para conocer sus posibles efectos negativos.

La mayoría de los consumidores no lo hace. Y muchos se automedican, sin conocer los posibles riesgos que esto causa en la conducción.

Ansiolíticos

Los ansiolíticos, de uso muy generalizado como tranquilizantes o inductores del sueño, en especial las benzodiacepinas, pueden producir estados de confusión, fatiga muscular, disminución de la capacidad de concentración y somnolencia.

Los antipsicóticos o neurolépticos (como por ejemplo la tioridazina y el haloperidol) producen como efecto más común la somnolencia y reacciones extra piramidales como espasmos musculares, agitación e incoordinación motora, entre otros.

Los antidepresivos (por ejemplo la amitriptilina) y los antiepilépticos (por ejemplo el fenobarbital) pueden afectar la atención y el estado de alerta.

Para gripes y alergias

Algunos antihistamínicos de primera generación (por ejemplo clorfenamina, difenhidramina y clemizol), muy usados para aliviar los síntomas de gripe y alergias, pueden producir somnolencia.

Los antiinflamatorios no esteroideos -usados para dolores musculares o reumáticos- los anestésicos y los miorrelajantes pueden afectar, especialmente, el sentido de la vista y la atención y producir somnolencia.

Ciertos medicamentos para el corazón, en especial glucósidos cardiotónicos, pueden producir somnolencia y alterar el estado de conciencia. Ciertos antihipertensivos (ejemplo propranolol y nebivolol), pueden producir somnolencia y alteraciones del equilibrio.

Algunas medicaciones para la sedación de la tos (por ejemplo codeína) pueden producir alteraciones tales como trastornos de la atención y disminución de los reflejos.

Si bien los efectos secundarios son indicados en los prospectos y advertidos por los médicos, la asociación civil Luchemos Por La Vida presentó hace años una propuesta a la Administración Nacional de Medicamentos (ANMAT) para que se obligara a los laboratorios medicinales a imprimir, en los frentes de los envases de medicamentos y en el prospecto, un triángulo rojo atravesado con la frase "Puede afectar a la conducción”. Sin embargo esta propuesta -que hace años es realidad en países europeos- jamás prosperó.

Fuente: Luchemos por la Vida