La reciente pasión de los chinos por el vino hizo que las dos marcas más vendidas en el mundo son hoy chinas -Great Wall y Changyu- y, gracias a un crecimiento acumulado del 80% en 5 años, el país ya ocupa el octavo puesto en el consumo mundial en millones de litros.

Esto provocó que, en forma inmediata, todos los grandes grupos internacionales modificaran su estrategia para apuntar al nuevo mercado y las bodegas argentinas no se quieren quedar afuera.

En un momento en que las exportaciones del vino muestran cada vez más signos de estancamiento, las ventas de vino argentino a China cerraron el primer semestre con un aumento de 30,1% en volumen y 49,1% en dólares. China avanzó además del 10 al 7 puesto en el ranking de destinos de exportaciones y el precio promedio de las exportaciones hacia allá ya roza los 40 dólares por caja de 9 litros y sólo es superado por Suiza.

"El vino en China está relacionado con un buen poder adquisitivo y se tornó un símbolo de la buena vida", explicó Huiqin Ma, secretaria general de la Sociedad China de Vitivinicultura, que participó a través de una videoconferencia del VIII Foro Internacional Vitivinícola que se hizo en Mendoza.

"La mayoría de los consumidores se inclina por los vinos tintos, con lo cual vemos una oportunidad para el malbec, aunque todavía le falta promoción."

El desafío de las bodegas argentinas no es menor. Los chinos tienen una cultura vitivinícola poco desarrollada y, ante la falta de conocimiento, se inclinan por opciones más conservadoras: vinos franceses o italianos. Chile, por su parte, ya hizo un muy buen trabajo posicionándose en el segmento de vinos económicos y ocupa el 4° puesto en ventas en el país más poblado del mundo, detrás de Francia, Australia e Italia. (Infocampo)