En el Parque Industrial observan el futuro con buenos ojos pese al momento económico actual y la merma de la actividad en varios sectores. Porque pese a esta coyuntura sigue en pie la próxima radicación de 45 nuevas empresas que se sumarán a las 105 que funcionan actualmente, convirtiendo a este lugar en uno de los más importantes del rubro en el continente.

Lejos quedó el recuerdo del portazo que pegó en San Francisco la empresa multinacional de origen alemán Siemens. La firma que opera en los sectores industrial, energético, salud e infraestructuras, decidió en el año 2000 dejar sin efecto su proyecto de instalar en nuestra ciudad una planta fabril destinada a la producción de cableado para el sector automotriz y otras ramas industriales.

Lejano parece haber quedado también el proyecto ambicioso de la multinacional Dreyfus, anunciado con bombos y platillos en 2007. La compañía había comunicado la inversión de unos 25 millones de dólares para montar una unidad con capacidad para procesar 700.000 litros de leche diarios.

El proyecto de Dreyfus quedó trunco y, según pudo conocer El Periódico, la idea de la empresa sería cambiar el lugar de radicación abandonando las 186 hectáreas que se encuentran loteadas actualmente en el predio por un terreno más chico que también pertenece a la institución, de 65 hectáreas aún no loteadas. Desde la firma europea informaron a mediados de año que no dieron de baja el proyecto, aunque aclararon que hoy no es el momento más conveniente para concretar la inversión.

Lo que se viene

Próximamente se radicarán en el Parque Industrial 45 nuevas empresas, algunas ya funcionando en el centro urbano de San Francisco. Los rubros más destacados son el  alimenticio, la logística, el agro y el textil, entre otros.

Ya muchas empresas levantaron su “nave” para poder funcionar en breve. Por ejemplo, a fin de año o comienzos de 2017, estaría funcionando la firma Alfa Argentina S.A., de capitales chilenos y reconocida por su amplia línea de ingredientes funcionales, aditivos y envases para la industria alimenticia del sector cárnico. Se trata de una empresa que ya opera en nuestra ciudad y está construyendo la última etapa de su planta en los terrenos del polo fabril que cuenta con otras firmas extranjeras como Gomselmash, oriunda de Bielorusia, y la brasilera WEG.

“Llegarán rubros variados. Hay muchas obras en curso y con un avance importante. Es un año donde el mercado no ha crecido pero pese a ello no se detuvieron las inversiones en el Parque Industrial, explicó a El Periódico el presidente de la institución Daniel Capello, agregando que “las empresa están dispuestas a radicarse ya, pero todo lleva un tiempo en los procesos de construcción que no son de un día para el otro. Pero se trabaja a un ritmo acelerado”, aseguró.

A la firma chilena se le sumarán otras relevantes como una local de chacinados, una del rubro agropecuario con una planta de distribución de productos veterinarios y fertilizantes, otra importante de logística (transporte) y también del rubro textil.

El portazo de Siemens

La compañía germana había sondeado como posibles lugares de radicación las ciudades de Bell Ville, Villa María y Cruz del Eje, pero se inclinó finalmente por San Francisco, en razón de la infraestructura con que contaba en ese lugar y de su ubicación estratégica en la ruta del Mercosur.

Sin mayores explicaciones, la compañía alemana comunicó por carta al intendente de ese momento, Hugo Madonna, "la imposibilidad de la iniciación de actividades en la planta".

La fábrica se iba a levantar como parte de un convenio mundial con la compañía francesa Renault, especialmente para el modelo Mégane, "pero la crisis automotriz llevó a que en este momento no se esté llegando ni al 30 por ciento del volumen (de demanda) que se habló en su momento para poder abrir la planta", fundamentaron desde Siemens.

La Municipalidad de San Francisco había destinado 2 millones de dólares para la provisión de infraestructura. En el año 1999, el ministro del Interior del gobierno menemista, Carlos Corach, visitó la ciudad y comprometió el envío de un millón de pesos para la radicación de Siemens. La que no fue.