Este lunes 3 de marzo se cumplirá una década del brutal crimen de Avelino “Tofo” Sufía, un docente jubilado, querido y respetado en la comunidad de San Francisco. Su asesinato a manos de Djillali Yakoubi, un argelino con identidad falsa, dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de la ciudad.

A diez años del hecho, El Periódico accedió al expediente de la causa para reconstruir parte de lo sucedido y los testimonios de quienes vivieron de cerca aquella trágica jornada.

Tofo Sufía Especial (gentileza proyecto Arquitectos Sociales)

El día del crimen

La tarde del 6 de febrero de 2015 quedó grabada en los anales de la historia criminal de San Francisco. Avelino Sufía, de 80 años, había sido atacado salvajemente en su propia casa ubicada en Jonas Salk 1037, barrio San Martín. Logró salir a la calle ensangrentado, tambaleante, y pedir ayuda a los vecinos. Su testimonio, en sus últimos momentos de lucidez, fue crucial para resolver el caso.

Según la investigación, Djillali Yakoubi, quien tenía una identidad falsa como "Pietro Giuliano D’alto", visitó a Sufía con la intención de pedirle dinero. La víctima lo conoció a través de un amigo en común, en las noches bailables del Club de Abuelos de San Francisco y en varias oportunidades lo había ayudado económicamente. Pero aquel día, la negativa a prestarle dinero desató la furia de Yakoubi.

Primero lo amenazó con un arma de fuego, que luego aseguró que era de juguete. Tras compartir un café, la situación se tornó violenta. Yakoubi, quien tenía confianza con Sufía, sacó de entre sus pertenencias un cuchillo de mango marrón, tipo serrucho, similar al Tramontina. Lo dejó sobre la mesa mientras conversaban, generando una falsa sensación de tranquilidad. En un momento inesperado, se levantó de su asiento, rodeó a Sufía por detrás y, de forma sorpresiva, le aplicó un corte profundo de unos diez centímetros a la altura del cuello. Sufía, sorprendido, intentó defenderse lanzando lo que tenía a su alcance, pero tropezó con un sillón y cayó al suelo. Yakoubi aprovechó la oportunidad y le asestó una segunda puñalada en la región periumbilical izquierda, causando una grave lesión gástrica.

La víctima logró arrastrarse hasta la casa de su vecina Raquel Ponce, quien lo vio cubierto de sangre:

"Me asomo por la puerta principal y veo a Sufía todo ensangrentado, le pregunté qué le había pasado y me dice 'me quisieron asaltar, llamá a la policía'. Vi que tenía una mano en el cuello y otra en el estómago. Le pregunté quién le había hecho esto y me dijo 'el Pietro, preguntale a Mazuchi, él lo conoce'".

Mientras tanto, el atacante huyó por la puerta delantera, creyendo que su víctima había muerto.

Tras ser trasladado a un sanatorio, Sufía sobrevivió varias semanas en estado crítico. Sin embargo, el 3 de marzo de 2015 falleció debido a un tromboembolismo pulmonar, consecuencia directa de las heridas sufridas en el ataque.

Avelino Sufía y su compañera de varias décadas, Shirley. .

La investigación y la captura

La captura de Djillali Yakoubi se llevó a cabo en el conurbano bonaerense tras una intensa investigación, luego de permanecer prófugo durante meses. Fue localizado en una vivienda de la localidad de Luis Guillón, en el partido de Esteban Echeverría.

La Policía Judicial de Córdoba, con apoyo de la Delegación Distrital de Investigaciones de Ezeiza, logró ubicarlo gracias a informes de telecomunicaciones y seguimiento de movimientos bancarios. Durante su arresto, intentó nuevamente identificarse con documentos falsos, pero los agentes ya contaban con su verdadera identidad y procedieron a su detención inmediata.

La clave para identificar al asesino fueron las declaraciones de testigos y el propio testimonio de Sufía. Vecinos vieron a Yakoubi merodeando la zona antes del ataque, e incluso el remisero que lo llevó hasta la casa de la víctima pudo aportar detalles sobre su apariencia y acento.

La pareja durante 20 años de “Tofo”, Shirley Biderbust, recordó con tristeza: "Este señor no sólo ha matado a Avelino sino que ha destruido mi vida al quitarme a mi compañero."

La condena

El juicio contra Djillali Yakoubi se llevó a cabo en 2017. La Fiscalía lo acusó de homicidio simple, señalando que la muerte de Sufía fue el resultado directo de la agresión. A través de su defensa, el acusado intentó argumentar que el fallecimiento fue consecuencia de su edad y problemas de salud previos, pero el Tribunal desestimó esa hipótesis.

Los jueces Claudio Requena, Mario Comes y María Teresa Garay dictaron sentencia y condenaron a Yakoubi a 12 años de prisión.

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"Fue Pietro", dijo Avelino Sufía tras ser apuñalado

Sufia, el hombre que San Francisco no olvida

El Taller Municipal de Cine, a cargo de Javier Mitchell, finalizó de rodar un documental sobre la vida y el crimen de este vecino sanfrancisqueño con la intención de proyectarlo en este 2025. Dicho material se encuentra en pleno proceso de edición y postproducción y el objetivo es que también se pueda estrenar en el cine local. Durante el rodaje, el equipo entrevistó a unas 15 personas, entre vecinos, amigos, exalumnos y representantes de la justicia. Todos compartieron el mismo sentimiento: “la pérdida de un gran hombre que no merecería un final así”.

Avelino Sufía sigue siendo recordado por sus vecinos como un hombre amable, generoso y activo. Era un apasionado de la jardinería, el idioma piamontés, la música y el baile. Participaba en diversas actividades comunitarias.

San Francisco no lo ha olvidado su legado, y a diez años de su muerte, la memoria de Avelino Sufía sigue viva.

La doble vida del asesino

Djillali Yakoubi no era un desconocido para la justicia. Había vivido en varios países bajo distintas identidades: Estados Unidos, España, Bélgica e Italia. Se hacía pasar por italiano y logró engañar a muchas personas, incluido Sufía, quien confió en él y le brindó su ayuda.

Las investigaciones revelaron que Yakoubi no tenía registros migratorios en Argentina y que había utilizado nombres falsos en otros países. Sus antecedentes internacionales hicieron que la Policía argentina emitiera una alerta roja a Interpol para su captura.

La historia de Yakoubi es la de un hombre que manipuló su identidad para cometer delitos, hasta que en 2015 su última víctima logró sobrevivir lo suficiente para señalarlo como su agresor. Gracias al testimonio de Sufía y la investigación judicial, su impunidad llegó a su fin.