“Hago con los precios lo mejor que puedo… para que entre todos podamos seguir adelante”.

La frase está escrita en el pizarrón de una despensa de barrio Roca, sobre el bulevar que lleva el mismo nombre y calle Colón. Lo escribió la propietaria del negocio llamado Merci, Vanesa Maggi. Está ubicado en la esquina desde el jueves, a la vista de todos.

El lunes, con la devaluación del peso, muchos negocios sin tener los nuevos precios de listas decidieron aumentar bajo “el por las dudas”.

“Me jode como familia, como persona, como a todo el mundo. Acá vienen familias que tienen hijos y que compran lo esencial. Entonces me parece un abuso aumentar de más, un 30 o 20 por las dudas”, explicó Maggi a El Periódico, quien dijo que las nuevas listas de precios comenzaron a llegar sobre mediados de semana, con incrementos que van del 15, el 18 y el 20 por ciento. Nada absoluto. 

Según la comerciante, desde algunas empresas de alimentos les dijeron a inicios de la semana “aumentá que nadie se va a quejar”, lo que generó su enojo. Ante eso, analizó: “No pasa por eso, pasa porque yo lo vivo también; tengo un hijo al que darle de comer, vestirlo, si se enferma ir al médico. Es una cuestión de persona”, aseguró.

Sobre la situación que vive el país y cómo golpea a los comerciantes, Maggi respondió: “Como este año nunca viví una situación así en estos ocho años, es muy difícil. Vino los otros días un primo que también tiene despensa y me pregunta ‘qué vas a hacer ahora’,. Le dije ‘como hace todo el mundo, tirar para adelante, trabajar para pagar la luz, el monotributo aunque a veces no llego. No me interesan los lujos, solo queremos vivir tranquillos, pagar los gastos fijos, el alquiler, la luz, eso nos mata a los comercios. Últimamente es trabajar para pagar y comés de acá, de la mercadería porque más de una vez en la billetera no hay un mango”, afirmó.

“Hago con los precios lo que puedo”, escribió una comerciante frente a su negocio
Vanesa, en su local 

El mensaje

El primer mensaje en el pizarrón contó Maggi que lo escribió el martes. La idea era avisar que por el momento, ante la incertidumbre económica, no había promos, algo que siempre propone. Lo hizo, pero no lo sacó a la vereda.

Luego explicó el porqué del cartel que hoy se observa en la esquina de su negocio: “No quise decir que me vengan a comprar, sino que estoy igual que ustedes y si no nos unimos entre todos, los que trabajamos, y nos ayudamos un poco no salimos adelante.  Me duele que nos abusemos de nosotros mismos, el otro está igual que vos”, reflexionó.

Sobre lo que viene en materia económica, deseó: “Espero que venga el calorcito, que la gente come fiambre, toma cerveza y gaseosas, lo que impulsa las ventas. No pretendo abusarme de nadie, no me interesa. Yo soy parte del pueblo”.