El 29 de enero, a un mes de su grave accidente, Micaela Rosso (19) recibió una inmejorable noticia: le habían dado el alta luego de permanecer varias semanas internada en el Hospital Cullen de Santa Fe, a donde había sido derivada a raíz de un grave accidente que sufrió mientras manejaba una motocicleta.

“Estoy bastante mejor. Cuando me desperté en la terapia estaba llena de cables y me habían atado. Y no podía movilizar la parte derecha del cuerpo. Ahora me estoy recuperando bastante bien y bastante rápido”, cuenta Micaela, que agradece poder estar otra vez junto a Juan Ignacio, su hijo de seis meses.

A pesar de llevar consigo una enorme cicatriz en su cabeza y algunas secuelas en sus movimientos, se la nota con mucha fortaleza.

Cuatro semanas internada

Sus días en Santa Fe mostraron una evolución sorprendente. Parte de ello fue gracias a la atención médica, que la joven reconoció: “Caí en muy buenas manos. Fueron muy pacientes. Estoy muy agradecida con el equipo médico y los enfermeros de Santa Fe y de acá también, porque sé que fui una paciente muy difícil”.

Micaela recuerda algunas anécdotas de sus días allí. “Fui muy mala como paciente, no soportaba verme ahí. Me desperté y me di cuenta que estaba en una terapia. Sabía que no estaba muy bien que digamos y me quería ir. Me tuvieron mucha paciencia y me dieron mucho cariño”, destaca la joven.

Y añade: “Con el neurocirujano me quejé de todo, pobrecito. Me acuerdo que cuando me estaban por operar me desperté. ‘¿Qué me van a hacer?’ les decía yo. Tenía muy poca paciencia, me quería ir. Y mi neurocirujano se tomaba el tiempo para explicarme. ‘Vos tenés una hemorragia cerebral, tenés un coágulo y el cerebro inflamado, yo te tengo que operar’”.

Reflexión

Micaela, que lo último que recuerda del día de su accidente es su intento por levantarse luego de golpear su cabeza tres veces contra el pavimento, se arrepiente de no haber tomado las precauciones necesarias antes de manejar: usar casco.

“Me arrepiento mucho de haber sido tan irresponsable. De no haberme puesto el casco porque el tiempo que yo perdí con mi hijo no me lo devuelve nadie. Cuando yo me fui él aún no tenía pelito, ahora volví y hasta tiene los dientes de abajo, eso a mí me dolió muchísimo”, lamenta.

Y continúa: “Yo usaba el casco, pero desabrochado. Como muchas veces estuve a punto de chocar y me salvé, me creía inmune. ‘No voy a chocar’, pensaba”.

Así, con su experiencia, la joven intenta dejar un mensaje a quienes manejan: “Mi mensaje es que si van en moto al casco se lo pongan y se lo pongan bien. Y si van en auto, el cinturón. Y que manejen despacio, que nadie los corre. Si los corren que piensen en sus vidas, que nadie se las devuelve si la pierden. Lo mismo que con el tiempo de internación y rehabilitación, nadie se los devuelve. Es muy difícil levantarte un día y que te digan ‘sos un bebé’. Porque eso es lo que me dijeron a mí. Y yo el 19 de febrero cumplo 20 años. Es muy difícil empezar de nuevo y que te enseñen hasta a caminar”.

El apoyo de su familia

Para la adolescente es muy importante el acompañamiento de su familia en el proceso. “Yo me despertaba y siempre veía a mi papá, mi mamá, y a mis dos hermanas. Ellos estuvieron al lado mío y se aguantaron todo”, asegura.

Y, por supuesto, la cercanía con su bebé es otro de los alicientes en su recuperación. “Juan Ignacio cumplió 6 meses. Tenía 4 meses cuando me pasó esto. Yo llegué y lo vi a él. Él me miró y me sonrió. Y al ratito ya tenía que comer yo le digo ‘yo te la doy a la mamadera’. Y él estaba feliz. Yo lloraba de la felicidad. Todo lo que hice, lo hice por él”, revela Micaela.

Secuelas

A raíz de su accidente, la joven quedó con algunas secuelas. “Logro caminar pero no concilio el equilibrio todavía. Mi molestia más grande es que, como me falta el hueso, la cabeza se me inflama demasiado, duele mucho y se me adormecen los brazos y las piernas”, cuenta.

Estudio

La joven asegura que el accidente no detuvo sus ganas de progresar. “Este año si Dios quiere me recibo de enfermera. Voy a seguir estudiando. Voy a tener que tener paciencia para rendir porque mi cabeza no es la misma pero voy a empezar de nuevo y voy a terminar la carrera”, afirma.

El accidente

El accidente ocurrió el sábado 29 de diciembre, alrededor de las 13, en Pellegrini esquina Salta.

La joven manejaba una Guerrero Trip por Pellegrini con sentido sur-norte, junto a otra joven de 18 años, cuando al llegar a Salta, por circunstancias que se intentan establecer, ocurrió la colisión con una camioneta Ecosport blanca que era conducida por una mujer de 44 años.