Roberto Gómez Bolaños Chespirito o El Chavo Chespirito fue conciente del rápido deterioro en su salud.  Dividió su fortuna entre sus seis hijos y su última mujer, Florinda Meza, (quien según  El Comercio  de Perú heredará gran parte de su patrimonio) y designó en vida a  Roberto Gómez Fernández, su primogénito, para comercializar todos los derechos de su obra.  Esta obra que le dio a Televisa (cadena mexicana)  una ganancia de alrededor de 1,700 millones de dólares desde que se dejó de filmar en 1992  (como sketch de Chespirito; como programa independiente se dejó de emitir en 1980). De esta cantidad, 1,500 millones vienen de canales de televisión abierta. Los restantes 200 mil provienen de empresas de cable, según la revista 
Forbes . Según precisó la prensa mexicana, Chespirito tenía tres principales fuentes de ingresos:  las regalías por los derechos audiovisuales alquilados por la cadena Televisa (estimadas en US$ 3.600.000 anuales) , los derechos de sus personajes y las ganancias del merchandising y los videojuegos desarrollados por su empresa. El merchandising y los juegos de video fueron idea de Roberto hijo. Por eso se debe la elección de Gómez Bolaños para que su primogénito maneje toda la empresa y la comercialización de la marca Chespirito. Así lo explicó hace dos años: "Mi padre todavía no me cree, ni siquiera entiende bien el alcance del videojuego. Cuando le hablamos, cree que lo estamos como vacilando un poco. El otro día me dijo: 'No puede ser que yo sea parte de un juego de computadora'. Cuando le explicamos el sistema de la Wii me miró y me dijo: 'Me estás hablando de otro planeta, esto es del futuro'".