Pier y Sportivo Belgrano, un amor que dejó huella
Canciones de cancha, melodías que identifican y expresan la pasión por los colores. En Sportivo, fue Pier quien tuvo esa relación especial, que hoy parece ya apagada.
“Amanecí con ganas de pegar el grito, parpadeando con rostro poco amigable”. Así reciben desde hace varios años los altoparlantes de la cancha de Sportivo Belgrano a sus hinchas en cada jornada de fútbol. Se trata de una canción de Pier que ya se hizo himno en el club de barrio Alberione.
“La ilusión que me condena” comienza a escucharse y la hinchada se vuelve loca. Es que desde hace casi una década es la canción que identifica a aquellos que siguen al equipo de la ciudad.
“Escucharla nos trae lindas sensaciones” reconoce Ignacio Bronzone, uno de los integrantes de “La Banda de José José”, sobre la canción. Eso, dice, porque el hincha fue una de las diez personas que vio a Pier en Córdoba hace cerca de diez años cuando la banda aún no tenía la trascendencia de hoy.
“Con tres muchachos fuimos a verlos a Córdoba a Casa Babylon. Éramos diez personas viendo el recital. Había llegado un CD a San Francisco de un muchacho que hacía tatuajes. Ahí lo escuché por primera vez”, recuerda el hincha.
“Ellos recién arrancaban, vendían la indumentaria, hacían publicidad ellos mismos, el cantante me vendió la remera. Ahí empezamos a charlar y empezó la amistad”, agrega.
Después de eso, apunta, “se fue corriendo la bola”, lo empezó a escuchar más gente y los trajeron por primera vez a San Francisco.
La relación con Sportivo
La relación entre Pier y Sportivo Belgrano nace, cuentan los que saben, un día en que la banda arribó a San Francisco el mismo día en que el equipo de la ciudad jugaba de local.
“Me acuerdo que un día jugó Sportivo el mismo día que tocaba Pier en Bomberos. Salimos de la cancha apurados para verlos. Estábamos con ropa de Sportivo y el cantante se sorprendió, le llamó la atención porque estábamos todos de verde. Ahí un compañero, Pablo “Parada” Pérez, le tiró una camiseta a Ramiro, el cantante, y él se puso la camiseta. Cuando terminó el show tuvimos la posibilidad de charlar con él. Ahí empezó una relación. Después los trajeron otras veces, vino tres o cuatro veces a San Francisco”, detalla Bronzone.
Luego de eso, asegura, los músicos y el hermano del cantante, Eugenio, fueron a la cancha.
La canción
Bronzone no conoce los motivos que hicieron que “La ilusión que me condena” llegara a ser un “canto de cancha” y trascendiera. “Fue por gusto de la gente, no es por algo en especial. Después de ahí es como que ese tema pegaba, sonaba lindo, gustó”, asegura.
Hoy en día Pier sigue tocando pero a San Francisco no volvió. Incluso la banda perdió contacto con la hinchada. Pero la canción trascendió. “Cuando ellos venían todavía no estaba en el club esa canción, me parece que fue después, creo que ellos ni se enteraron”, concluye Bronzone.