Hospedados en el excelente Complejo Barrancas del Río, a 15 km del dique Pichanas, cuatro pescadores de nuestra ciudad salieron con su guía con el objetivo de atrapar las tarariras del lago.

Fabio Milanesio cuenta la experiencia: “Era la tercera vez que iba al Dique Pichanas, pero ninguna fue como esta. Las lluvias caídas en los últimos meses en la zona le daban al entorno serrano un verde majestuoso, donde el paredón gris de contención del lago a la distancia parecía solo una mancha en la inmensidad del paisaje”.

Luego de intentar sin suerte en distintos sectores del lago los exploradores decidieron moverse a un lugar distinto. “Una pequeña mesilla donde el  agua no llega a un metro de profundidad, pero con una claridad con fondo de pasto y piedra, era el lugar ideal”, describe.

Llegó el primero

Milanesio continúa describiendo el día de la siguiente manera: “Nos fuimos adentrando dentro de la mesilla. El primero en capturar fue Martín (el guía), casteando casi debajo de un chañar a una hermosa y combativa taru de unos 3 kg, de color y contextura distinta a la que estamos acostumbrados a ver en nuestro litoral”.

“La captura DE Martin nos dio un envión de optimismo. Diego y Osvaldo siguieron costeando dentro del agua, yo armé mi caña # 7 con línea de flote, popper y comencé a castear. Mientras hacía esto podía ver cómo los demás se divertían capturando pequeñas pero explosivas tarariras”, narra.

Para Milanesio la elección de la mosca no había sido correcta. “Cambié por una pequeña para dorado y luego del sexto o séptimo tiro tuve la incomparable sensación de clavar una tararira del Pichanas, el tirón y la llevada fue tremenda. Gracias a la ayuda de todos la captura se concretó, fabulosa tararira, por tamaño y pelea, la pesca estaba satisfecha”, relata.

“El lugar había sido fantástico –finaliza el relato-, la naturaleza privilegia estos lugares donde se conjugan los mejores adjetivos de un lugar. Pichanas, un lugar para volver siempre”.