Será una Semana Santa inédita la que celebrará la Iglesia católica de nuestra ciudad y del mundo ante la pandemia del coronavirus. Los fieles, no podrán asistir a ninguna de las celebraciones que realice la Iglesia local por las normas impuestas de cuarentena obligatoria. Sin embargo, en medio de este panorama desalentador, el obispo de San Francisco, Sergio Buenanueva, dialogó con El Periódico sobre la importancia de aprender día a día sobre este virus del que remarcó que “no es un castigo de Dios, por el contrario la Pascua nos muestra que Dios está con todo el que sufre”.

Según el religioso solamente en otros contextos de grandes tragedias humanas se han vivido celebraciones con este tipo de restricciones, del que no puede participar ninguna persona. “En menos de un mes hemos tenido que pasar de un 2020 que estábamos comenzando con un montón de proyectos, a tener que guardarnos y que posponer cosas. Hemos sentido el vértigo, hemos pasado desde mecanismos muy comprensibles de negación, hasta empezar a caer en la cuenta de que esto-por la pandemia- es serio”, expresó.

Buenanueva respaldó la decisión política de la cuarentena social y obligatoria “con todos los altibajos de estar aprendiendo día a día”.

Desde casa

En Semana Santa católica donde las celebraciones religiosas toman un rol central, el Obispado insistió en ayudar a las personas a vivir las Pascuas desde sus casas, “redescubriendo aspectos de nuestra fe, el mensaje más alentador desde la fe, es que Pascuas quiere decir el paso de Dios y en esta prueba Dios nos está acompañando. No es un castigo de Dios como algunos lo han dicho, abomino ese tipo de expresiones, la Pascua nos muestra que Dios está con todo el que sufre, está cargando la cruz por aquel que ya carga una cruz por su propia vida, creo que está en el enfermo, en el agente sanitario, en su familia”, remarcó Buenanueva.  

En este sentido valoró los trabajos de ayuda social que se encuentran realizando los voluntarios de Cáritas tanto en la ciudad como en los pueblos, atendiendo a las personas en situación de vulnerabilidad con la entrega de bolsones de alimentos.

“También desde la diócesis surgió un servicio de escuchas con teléfonos a los que la gente está llamando. Gente sola, abuelos y aquellos que se sienten agobiados de tener que estar encerrados.

Hay sacerdotes, laicos, profesionales, psicólogos, esto surgió antes de la pandemia queríamos dar un taller de escucha para ayudar a las personas y se precipitó la decisión de ponerlo en práctica con la cuarentena”, contó el obispo.

“No es un castigo de Dios”, sostuvo Buenanueva sobre la pandemia antes de celebrar Pascuas

Creatividad y atención

“La sociedad enfrenta este desafío-prosiguió Buenanueva-, en primer lugar con lo que nos dicen las autoridades y las normas que hay que respetar, pero el sostenimiento espiritual de la comunidad por la cuarentena, el parate en el trabajo, la incertidumbre sobre la salud, genera una situación emocional y espiritual que hay que atender y no lo estamos haciendo solo los católicos, estamos coordinando con otros pastores y organizaciones sociales la contención social”.

En este sentido remarcó el trabajo de los grupos de catequesis, que a través de Whatsapp  envía material religioso a los chicos y a sus familias. “Hay una gran movida pastoral, no solo ahora, sino también tendremos que estar ahí para tener esa energía espiritual para afrontar un proceso de reconstrucción ante la salida de la cuarentena y lo que venga después”, dijo el sacerdote.