Trabajadores de la salud reclaman por estos días una deuda por los aumentos correspondientes a enero y febrero que, explican, no fueron abonados a partir de un acuerdo entre las cuatro clínicas de San Francisco.

Desde la Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) aseguraron que, a pesar de haberlos puesto en aviso, hasta ahora no tuvieron respuesta de los directivos de los centros de salud. 

"Tuvimos en enero un decreto del presidente donde decía que a cuenta de futuros aumentos en enero se iban a pagar 3 mil pesos sujetos a descuentos y en febrero se adicionaban mil pesos más, que eran 4 mil, también sujetos a descuentos. Posteriormente en marzo tuvimos la cláusula de revisión de nuestro convenio colectivo y se acordaron las nuevas escalas en cuanto a la inflación del año pasado, entonces en ese decreto iba contemplado aquello que habían pagado a cuenta de lo que ya se había hecho. En San Francisco comenzamos enero en donde las clínicas decidieron en común acuerdo no pagarlo a los trabajadores sin aducir motivo, simplemente por cuestione personales", explicó Gabriela Sidler, titular del gremio.

Trabajadores de la salud reclaman la deuda de los aumentos salariales de enero y febrero
Gabriela Sidler, titular de Atsa en San Francisco. 

Sidler agregó que en enero, cuando ya corría el aumento, el trabajo era pleno. "En enero estábamos en pleno trabajo, no había ningún inconveniente como ahora que quizá se ve restringido. No lo pagaron y no lo pagaron en febrero. Se homologó la cláusula de revisión, por lo tanto estamos en una cuestión legal que debe pagarse y además esto está sujeto a aportes y contribuciones lo que esto genera también una evasión tributaria fiscal", reclamó.

La titular de ATSA manifestó que el personal no recibió ninguna respuesta sobre la situación que se vive. "Siguen en esa tesitura, en pagar un 7 por ciento de marzo, no le han referido nada al personal y en esta situación estamos. Es muy triste, en estos momentos donde el personal por ser esencial tiene que ir a trabajar y está vulnerabilidad de tener que ir a pesar de sus miedos, sin embargo todos los días se presentan en su trabajo y lo que correspondería es que se les pague la remuneración que corresponde y no lo están haciendo, entonces el personal se ve doblemente vulnerado".

Según Sidler, la situación afecta a alrededor de 350 y 400 empleados. "Hay que multiplicarlo a este número porque son familias que dependen de este sueldo. Esto abarca a todos los trabajadores, enfermeras, mucamas, cocineras, personal de mantenimiento, secretarias, de rayos, de todas las secciones que conforman clínicas o institutos de salud", detalló.

Respecto a lo que avizora que pueda llegar a pasar a futuro, la gremialista aventuró: "En general en las negociaciones tratamos de insistir en que lo paguen, les informamos, les dijimos y no obtuvimos ningún tipo de respuesta de ningún sector y menos aún al personal que está trabajando les comunicaron que iban a tomar esa decisión". 

Sobre el final, descartó una posible medida de fuerza. "Sería una negligencia, además el personal no lo haría sabiendo de la necesidad que hay. A mí me preocupa, porque esta es una medida que todos sabemos que es imposible tomarla y entonces ellos aprovechan esta situación para no pagar", cuestionó.