A 22 años, Antártida Argentina recordó la inauguración de su estadio de fútbol
El "Darío N. Jular" fue inaugurado en 1998, en un encuentro de Liga Regional ante Pueblos Unidos de La Tordilla. Mirá cuál es el origen del nombre del estadio "pingüino".
El club Antártida Argentina recordó este domingo en sus redes sociales la inauguración de su actual estadio que cumple 22 años y lleva el nombre de uno de los dirigentes más emblemáticos de la historia de la institución.
El "Darío N. Jular" recibió su primer partido oficino"ial en 1998, en un encuentro por Liga Regional donde el "Pingüino" derrotó a Pueblos Unidos de La Tordilla. Antes tenía su cancha en el sector oeste del predio de la Sociedad Rural.
El predio había sido adquirido por el club en 1994 de la mano del dirigente Pablo "Chacho" Panero y debió ser desmalezado por completo con un gran esfuerzo de dirigentes, hinchas y jugadores de aquel momento. Para reunir el dinero y realizar obras, la institución comenzó a realizar los corsos de San Francisco. “Durante 15 años hicimos los corsos y gracias a eso pudimos pagar el predio”, aseguró Hugo Canello en una entrevista con este medio hace unos años atrás.
"Orgullo pingüino, en el que después de varios años de hacer de local en diferentes sectores de la ciudad, nos dimos el lujo de estrenar nuestra propia cancha con una victoria, enfrentando a Pueblos Unidos de La Tordilla. Queremos agradecer y enviar un saludo especial a todas aquellas personas que colaboraron para que este sueño se haga realidad, a las distintas empresas que fueron de gran ayuda, a nuestros dirigentes y jugadores de aquel momento que defendieron nuestros colores con el corazón lleno de emociones, de por fin poder hacerlo en casa", publicó el club en sus redes sociales.
Y agregó: "Y por último un agradecimiento muy especial, a aquellos hinchas que nos acompañaron desde ese entonces, y que en la actualidad siguen festejando al pingüino".
El "gallego"
Darío Nicasio Jular fue un dirigente oriundo de La Francia que dedicó muchos años al club. Fue jugador de bochas y era usual que estuviera a la noche en la sede de los pingüinos. Cuando dejó la práctica deportiva siguió como dirigente durante muchos años.
Jular, o "el gallego", como lo apodaban por ser descendiente de madre italiana y padre español, ocupó el puesto de presidente en la primera comisión que se conformó cuando el club pasó a ser una asociación civil, en 1978.
Fue un gran colaborador en todo aspecto: supo confeccionar planillas en mesas de control hasta oficiar de albañil para ayudar a mejorar las instalaciones. Falleció en 1995, miembros de la comisión directiva lo recordaron como una persona "muy derecha, austera, solidaria, trabajadora y participativa”.
