Bajo las estrellas o en un espacio cerrado. Comiendo los tradicionales pochoclos, hechos en casa, o con una pizza para acompañar, porque todo es válido dentro del propio auto, las empresas de cines del país apelaron a una vieja fórmula para enfrentar a una pandemia que los mantienen cerrados desde marzo: el autocine.

En el interior santafesino, a casi 50 kilómetros de San Francisco, la comuna de Ramona lo implementó a inicios de julio pasado, congregando en su primera experiencia unos 40 vehículos en la cancha del club Centro Recreativo de esa localidad. Y en la ciudad de Buenos Aires, la capital del país, se suma este fin de semana un nuevo autocine, el primero bajo techo.

Ahora, ¿en nuestra ciudad es o no posible llevar adelante el autocine? Quien responde la inquietud de El Periódico es Martín Adami, socio gerente Las Tipas San Francisco, que tiene entre sus filas al Cine Radar: “Tuvimos la idea y sigue estando, el tema es que económicamente estamos cada vez más comprometidos porque a medida que pasan los meses seguimos soportando la estructura de lo que es el cine, por lo que es difícil”, indicó.

Según el protocolo, para un autocine se necesitaría de una superficie en donde puedan ingresar al menos 80 autos, con la correspondiente distancia, y 30 personas de seguridad, por lo que Adami considera que se trata de una estructura “costosa”. Pese a ello, desde la empresa cuentan con lo más importante: “Los proyectores obviamente los tenemos y la parte administrativa estaría resuelta”, aclaró.

El cine, junto a muchas otras, es de las actividades que se vieron frenadas antes del decreto nacional de aislamiento social, preventivo y obligatorio. En San Francisco, el intendente Ignacio García Aresca ya había decidido en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus suspender todo tipo de eventos públicos para evitar la aglomeración de personas en cualquier espacio cerrado.

Salida provisoria

Adami señaló que el autocine sería “sólo una salida provisoria” que supone costos muy grandes, sin considerar que esto funcione algo a largo plazo: “El autocine pasaría a ser una salida provisoria. Estamos siguiendo que en Buenos Aires abrieron varios, y también cerraron… No es algo que perdure, que digas ‘esta es la salida’”, afirmó.

Actualmente, en los autocines que abrieron en este contexto no se proyectan nuevos filmes debido a que no hay estrenos en todo el mundo. Por lo que los espectadores se encuentran viendo películas que probablemente ya hayan visto: “La película no tiene ese tinte de llamarte para ver un estreno”, analizó.