Por María Paula Cabrera 
Secretaria general SOIMSF - CGT Regional San Francisco

Todo comenzó en San Francisco, como un reclamo de las y los trabajadores de la fábrica Tampieri motivado por el atraso del pago de aportes, salarios y aguinaldo.

Ante la sensación de que peligraban las fuentes laborales y en un contexto marcado por el Cordobazo, los trabajadores ocuparon la planta el día 16 de julio de 1973 y en solidaridad con ellos, la CGT regional San Francisco con Oscar Liwacki, como secretario general, convocó a una huelga general para toda la ciudad.

El 30 de julio de 1973 y por 14 horas se llevó adelante un paro al cual se plegó casi la totalidad de las ramas de la actividad. Este hecho además de paralizar la ciudad fue muy duramente reprimido por la Policía de la provincia de Córdoba, alcanzando momentos de extrema violencia, decena de heridos, detenidos y la muerte de un adolescente, Oscar Alberto “Cachi” Molina, de apenas 16 años, víctima de un crimen que nunca se resolvió y del cual su familia jamás obtuvo justicia.

El Tampierazo de 1973 años después acarreó consecuencias, ya que el compañero Oscar Liwacki fue secuestrado el 12 de mayo de 1976, junto a los asesores letrados gremiales Nora Peretti y Gustavo Gallardo, los cuales continúan hoy desaparecidos.

Y según se comprobó en el juicio “Mega causa La Perla”, estas desapariciones habían sido pedidas en una editorial del diario “La Voz de San Justo”, publicada en abril de 1976, donde en la misma el directorio del diario requería al Gobierno militar que “limpiara la ciudad de los responsables”, en referencia a quienes habían sido “marcados” por su participación activa en la huelga.

Hoy, al cumplirse el 50º aniversario y en honor a la lucha y la verdad de todas y todos aquellos trabajadores, dirigentes sindicales, abogados laboralistas que se comprometieron y hasta dieron su vida, es que como Co- Secretaria General de CGT me siento en el deber de contribuir a que salgan a la luz aquellos fragmentos del pasado.

Es por ello que debemos de recordar y nunca olvidar a nuestro Tampierazo como un grito de liberación en una ciudad conservadora como San Francisco.