Verstappen exhibió en Interlagos una habilidad pocas veces vista en los últimos tiempos en la Fórmula 1. Una actuación que hizo historia. Por su audacia, singular habilidad y maestría para superar a unos rivales que parecían no existir en una pista de extrema dificultad. Aunque compartían la misma superficie anegada en agua, el piloto holandés se antojaba sobre  asfalto seco en comparación a Raikkonen, Rosberg, Vettel e incluso su compañero Ricciardo.

En ese marco, Max Verstappen tuvo un accionar perfecto en un momento que la carrera lo puso a prueba. Es que el piloto de 19 años agarró un charco de agua que le giró el auto y se lo dejó mirando hacia el paredón. 

Pero, como si fuera un auto de rally que agarra de costado una curva cerrada, Verstappen acomodó su F1 y siguió a fondo.