Maximiliano Molina tiene 11 años, es cordobés, e ingresó hace días en emergencia nacional por un trasplante de corazón. En febrero del año pasado, fue diagnosticado con una miocarditis aguda, una enfermedad que llegó a su vida de un día para el otro.

Se estima que fue causada por un virus y su vida cambió para siempre. “Desde ese momento a hoy fue internado cinco veces”, publica su familia en el facebook Un Corazón Para Maxi.

Sus compañeros del colegio Santo Tomás junto a familiares y amigos, realizarán una jornada de concientización esta tarde en el patio Olmos, en la capital provincial. Será a las 19 en la tradicional esquina, donde repartirán folletería sobre el trasplante de órganos y la importancia de la donación.

Hoy se encuentra en la terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires y en Emergencia Nacional. Maxi es de Córdoba pero viajó junto a su familia a la Capital cuando su caso se volvió más complejo en busca de nuevas esperanzas.

Las drogas que los médicos le suministran ya no le hacen efecto según las palabras de su madre Paula Agliozzo, y debe sobrevivir hasta que llegue el ansiado corazón. “Un órgano que para él y su familia es la luz detrás de la oscuridad. La posibilidad de volver a nacer”, figura en el facebook.

Si no llega pronto será conectado a un corazón artificial. No está solo en este camino, su familia le brinda todo el amor y la contención que puede e implora por solidaridad.

Sano

Paula Agliozzo, es su mamá, ella nació en San Juan y su papá se llama Javier Molina. Todos vivían en Córdoba hasta que viajaron a Buenos Aires en octubre y tuvieron que quedarse allí. Maxi ya no se podía trasladar más.

Mi hijo era totalmente sano y de un día para el otro se le presentó esta enfermedad que es una miocarditis aguda aparentemente causada por un virus. Es una inflamación aguda del miocardio que aparece por un virus o una bacteria o causas congénitas. A cualquiera le puede pasar esto. La gente tiene que entender que cuando se muere los órganos no se van al cielo sino que quedan en la tierra para salvar a entre 7 y 10 vidas”, apuntó Paula.

Y siguió: “Se dona corazón, pulmones, hígado, riñones, huesos, corneas, válvulas del corazón… Y en vida se salva a muchas personas donando sangre que permiten realizar trasplantes de médula. En este momento hay 20 chicos que necesitan trasplante cardíaco en el país. Y en el Incucai hay una lista de espera de 11 mil pacientes”.

“Este tema no da votos, no da rédito político pero descuidamos la vida. Es la espera de un órgano para vivir. No se compra, no se fabrica, viene del dolor de una familia que comprende que donando los órganos salva vidas. Es la luz de esperanza”, asegura Paula.

Ella misma solicita que como la población es solidaria con las donaciones a los inundados, por dar un ejemplo, ayude también con sus órganos porque la enfermedad puede llegar en cualquier momento y alterar la vida de cualquier familia sin previo aviso.

Fuente: La Nueva Mañana.