"Todos estamos preocupados", dijo el jefe de Estado al ingresar a la reunión de Gabinete que hoy tuvo lugar en la Casa Rosada, ante una consulta de periodistas acreditados.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, renunció ayer a su cargo y denunció un golpe de Estado "cívico, político, policial" luego de que parte de la oposición y las organizaciones cívicas, la central sindical y las Fuerzas Armadas y de seguridad le reclamaran la dimisión, aún cuando había convocado a nuevas elecciones generales tras el pedido de la OEA, a cargo de una auditoría a los cuestionados comicios del 20 de octubre último.

Hasta el momento, el Gobierno argentino se había manifestado a través de un comunicado de cancillería en el que pidió "paz y diálogo" para superar la crisis.

"Ante la renuncia a su cargo como Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, anunciada el domingo en la tarde, por Evo Morales Ayma, el Gobierno argentino hace un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo, enfatizando importancia de encaminar este periodo de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país", señaló el comunicado.

También este lunes habló el embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, quien si bien resaltó la postura oficial argentina de evitar hablar de Golpe de Estado, calificó la salida de Evo Morales como "una interrupción del orden constitucional, basada en una gran conmoción social y similar a cuando fue la renuncia de De La Rúa".