Apenas comenzaba el 2018, la violencia de género empezaba a crecer. El 15 de enero, tras una intensa búsqueda, encontraron asesinada a Abril Sosa, de cuatro años, en un descampado de Alta Córdoba. Fue la primera víctima de violencia machista en Córdoba. Ese año hubo una víctima de femicidio cada 34 horas en Argentina.

El dato surge del relevamiento del Observatorio "MuMaLá", el cual señala, además, que durante el año pasado se produjeron en el país un total de 259 femicidios, entre los cuales 229 fueron víctimas mujeres. También hubo 26 femicidios vinculados y cuatro travesticidios. 

La mayoría de los femicidios se produjeron en la provincia de Buenos Aires, donde se registraron 95 casos, que representan el 36,75% del total. Córdoba ocupa el segundo lugar con 21 crímenes y luego sigue Santa Fe, con 20; y Mendoza y Tucumán con 17.

Del informe se desprende que el 53% de las mujeres asesinadas tenían entre 16 y 40 años, mientras que el 7,5% de las víctimas eran niñas o adolescentes que tenían menos de 15 años que fueron violadas o abusadas en el 59% de los casos y asesinadas por un miembro de la familia en un 59% de los hechos.

Por eso, las medidas preventivas son una instancia clave en el proceso que encara una mujer para romper el círculo de la violencia de género: permiten dar una respuesta a tiempo y debe garantizar no sólo protección sino también herramientas económicas, psicológicas y de salud.

Sin embargo, según el estudio, aún no se acciona a tiempo. El observatorio destacó que el 21%  de las víctimas de femicidio había denunciado previamente a quien terminó asesinándola y el 13% tenía dictada alguna medida judicial de protección, ya sea de restricción de acercamiento o botón de pánico. Además, la organización indicó que "282 hijxs quedaron huérfanxs: 89 de ellxs son menores de 12 años".

Otro dato que pone en evidencia que el acceso a la vivienda y las herramientas económicas para que una mujer pueda tener autonomía para salir de la situación de violencia es que el 42% de las víctimas de femicidios del 2018 convivía con su asesino y el 62% de los crímenes se produjeron en su casa: "Nuestros hogares siguen siendo el lugar más inseguro para nosotras", señalaron desde Mumalá.

"El promedio de femicidios se mantiene en una meseta. Es algo bastante negativo porque las historias se siguen repitiendo año a año en igual proporción aún con una mayor visibilización de la violencia de género, con algunas medidas que los gobiernos y el Estado tomaron sobre todo en términos de asistencia y actuación inmediata en los casos en que ya está consumada la violencia de género", sostiene Betiana Cabrera Fasolis, referente de Mumalá, en diálogo con La Nueva Mañana.

Y luego cuestiona: "A casi cuatro años del Ni Una Menos, las mujeres nos animamos a denunciar mucho más pero sigue habiendo una mujer asesinada cada 34 horas. Eso nos tiene que interpelar: cómo con una mayor visibilización seguimos teniendo los mismos números".

Los femicidas

En una sociedad que educa a los varones para reforzar su masculinidad a través de la violencia y los crímenes de poder, como los abusos y las violaciones, la organización destaca que es fundamental la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral para que las escuelas enseñen a construir vínculos igualitarios, entre otros contenidos que garantizan relaciones sanas no sólo con el propio cuerpo sino también con los deseos.

53% de las víctimas tenía entre 16 y 40 años El 79% de los Femicidios fueron cometidos por alguien del círculo cercano El 21% había denunciado penalmente a quien terminó asesinadola El 42% convivía con su asesino El 62 % se produjeron en el hogar de la víctima pic.twitter.com/plhf5vpzA0

El relevamiento destaca que un gran porcentaje de los femicidas son jóvenes aún en edad escolar. Además, indica que el 57% de los femicidas tiene entre 16 y 40 años. De ese porcentaje, el 22% de ellos se suicidó.

Un dato no menor es que el 7,5% de los agresores son miembros de las fuerzas de seguridad. De ese total, el 70% son policías; 10%, militares; 10%, policías retirados; y el 10%, militar retirado o pasivo. 

En ese sentido cobran mayor relevancia las declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre la habilitación a la portación de armas para los ciudadanos y el permiso a abrir fuego en situaciones de peligro a los miembros de las fuerzas de seguridad.

Para Mumalá, esos dichos "lejos de provocar una disuasión del delito y la violencia, la profundizan, teniendo en cuenta el alto porcentaje de agresores policías que cometieron femicidios con sus armas reglamentarias y que el 26% del total de los casos se registraron como femicidios con armas de fuego". De ese último porcentaje, el 17% de los femicidas usó el arma reglamentaria para cometer el crimen.

El informe agrega, además, que el 30% de las víctimas de femicidio del año pasado fue asesinada con arma blanca, el 17% fue asesinada a golpes y el 16% murió por asfixia.

Los dolores que nos quedan

Para Cabrera Fasolis, lo que falta es "voluntad política de los Estados y los gobiernos en avanzar en medidas que tiendan a un profundo cambio cultural que ataquen la columna vertebral de esta sociedad machista y patriarcal que violenta de múltiples formas".

Entre los principales iniciativas tendientes a generar un cambio social destaca la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral. "Es una medida que no se adopta pero que disminuiría los femicidios. No correríamos atrás de los hechos ya consumados sino que esa sería una forma de prevenirlos", asegura.

También sostiene que es importante que los gobiernos apliquen la formación con perspectiva de género para todos los efectores de salud, de la justicia y de las fuerzas de seguridad.  

"Las medidas tienen que estar acompañadas con un presupuesto real, el cual demuestra la voluntad política del Gobierno. Para este año, Macri dispuso $11,36 por mujer en el país. Es lamentable, da cuenta que es un gobierno que no quiere avanzar en la agenda de las mujeres", sostiene la referente de Mumalá.

Conquistas feministas

En el 2019 se realizará la quinta marcha #NiUnaMenos y se prevé que la agenda política no sólo esté atravesada por el feminismo sino también será su capacidad de agencia la que concretará nuevos avances en materia de género. 

"Nuestra responsabilidad, como organizaciones feministas, es seguir visibilizando estos temas porque somos el motor de estas problemáticas y venimos consiguiendo muchos avances. No es suficiente, pero lo que logramos es gracias a que seguimos ocupando las calles de forma creativa y diversa. El 2019 será nuevamente un año de lucha, para seguir avanzando en estas conquistas históricas que reclamamos hace muchísimos años porque van a consolidar una mejor sociedad para todos y todas", concluyó Cabrera Fasolis.

Fuente: La Nueva Mañana