La carne bovina sufre un retroceso histórico e inédito en la Argentina y es por varios factores.

La semana pasada, Agrovoz había señalado que el cerdo y el pollo ganaban en aceptación, no solo por el precio, sino por la presentación comercial. 

 
El cambio cultural en el consumo de carne ya se refleja en Argentina.

En la actualidad cada argentino consume la misma cantidad de kilos de carne bovina que de pollo, según las últimas estadísticas privadas.

Ambas carnes están en 50 kilos per capita por año. Para el pollo, significa su mejor desempeño de la historia, mientras que para los cortes vacunos es la peor cifra desde que se tiene registro.

Los estudios de mercado reflejan que entre los jóvenes de hasta los 25 años (generación Z o centennials) está el segmento más crítico para la producción de carne y el que pone en tela de juicio la “sustentabilidad” del modelo ganadero bovino.

Por otro lado, está el precio en el mostrador. La hacienda sigue en franca suba y no encuentra techo. El novillito subió otro 11,3% y el ternero rozó los $ 200. Estos valores luego se trasladan al mostrador, pese a que la carne vacuna fue la que menos subió en el último año.

La caída en el poder adquisitivo también impacta de lleno a la hora de comprar un determinado corte de carne. 

Roberto Domenech, presidente de la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), explicó: “Se han dado dos hechos favorables para el consumo de carne de pollo. Por un lado, el sector viene registrando un crecimiento sostenido, evidentemente por la oferta y por decisión de los consumidores que responden a lo que nosotros les ofrecemos. Por otro lado, la posibilidad que tiene la carne bovina de desarrollar fuertemente sus exportaciones también reduce su consumo interno”.

Según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en octubre pasado, el consumo de carne bovina sufrió una merma del 2,6% comparado a igual mes del 2019.

“Lo hemos planteado en la Mesa de las Carnes: no estamos en competencia sino que trabajamos de manera complementaria. Cuando uno de golpe tiene la posibilidad de una oportunidad internacional la toma, y por el otro lado también como en esta época de tiempos de bolsillos flacos la gente tiene que elegir los cortes que estén más al alcance de sus posibilidades, el pollo decididamente es la proteína animal más barata disponible para el consumo”, afirmó Domenech en diálogo con Canal Rural.

Fuente: La Voz del Interior