Ernestina Saravia, ambientalista integrante de AMAD (Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica) de San Francisco, señaló que en los últimos meses en la zona rural de San Francisco es alarmante la gran cantidad de animales muertos o en su defecto gravemente heridos por personas que cazan en esos lugares, muchos de ellos niños que incluso lo hacen acompañados de sus padres.

"Les enseñan como cazar, como entrampar , como sacar animales de adentro de una cueva y lo suben a internet como si fuera una gran cosa. Son gente civilizada -supuestamente- que los fines de semana salen a hacer estragos por los caminos rurales y lagunas de retardo, que son donde están los cisnes, cigüeñas y todos estos animales de patas largas que controlan la población de sapos y ranas. Los matan y los hieren, sin sentido", explicó Saravia.

En ese marco, la ambientalista local remarcó que no se trata solo de niños que salen a cazar con gomeras, sino que en estos casos son personas mayores con armas, herramientas de cacería, rifles y escopetas que llevan a sus hijos para enseñarles a lastimar animales.

Cultura del maltrato animal: preocupación por caza y agresión de animales silvestres

"Van por avenida Primeros Colonizadores al norte, entre en caserío viejo que está por ahí, a unos 10 kilómetros de la ciudad. Ahí hay largartos overos, carpinteros, lechuzas, zarigüeyas, los matan y no los utilizan para nada, es solo matar por matar y lamentablemente esos son animales que buscan refugio cerca de la sociedad porque nos ya no les queda nada de bosque", señaló preocupada.

Pero ese no es el único sitio donde se encuentran estas situaciones. Saravia explicó que también en el camino a Castelar, en el camino a Esmeralda, basurales y la zona sur del Parque Industrial. "En esos sectores, todos los fines de semana está lleno de jaulas, principalmente por la zona de la laguna del sur", indicó.

"Son zonas que están alejadas de la ciudad, ahí hasta hace poco había muchos cardenales y ahora ya los han cazado o entrampado a todos, no queda casi ninguno. El problema es que entrampan a los adultos y quedan los pichones solos. Hay que entender que todos cumplen una función biológica de mantener la conservación ambiental", comentó Saravia.

La ambientalista contó que muchas de estas aves y animales como lagartos overos o zarigüeyas que fueron encontrados heridos están siendo tratadas personalmente con el objetivo devolverlas a la vida silvestre.

"Tenemos un lagarto overo que parece que le pegaron un palazo en la cabeza, una lechuza que está bañada en aceite, aves fracturadas y heridas por disparos", dijo Saravia.

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Más control y educación

Por otro lado, Saravia explicó que la temporada de septiembre a fines de marzo es la época de reproducción de lagartos overos, cardenales, cabecitas negras, patos, garzas y lamentó que a muchos de los pichones los cazan con miras telescópicas.

"Lo más duro es que esto se transmite de padres a hijos y la educación en los valores tienen que empezar desde niños. Yo creo que a los niños se les debe hablar en todos los sentidos, de por qué está la hoja, para qué están las lombrices y muchas cosas pequeñas que las vemos todos los días, pero que no le damos importancia. Es muy difícil también hacerles entender a los padres y lo que no se aprende con amor, no se aprende nunca", manifestó.

"Lo que quiero es que los niños no estén expuestos a andar matando animales, los niños no tiene porque estar matando", lamentó Saravia.

Finalmente, Saravia pidió que "las autoridades de aplicación, como patrullas rurales tomen más cartas de acción en el momento de que se ve a esa gente, son gente que circula con armas, con tramperas en la ciudad a la vista de todos y algunos -no todos- son los que después entran a robar a las casa de campo"

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Socios, la mejor forma de colaborar

Por otro lado, Saravia contó que para quienes deseen colaborar para recuperar a estos animales, se utilizan gasas, telas adhesivas, palitos de helado (de madera para fracturas), desinfectante, antibióticos, vitaminas -porque algunos animales no comen por el estrés- y actualmente necesitan un refugio. "Tengo una garza y estos animales no duermen en el suelo, igual que el chimango o el carancho, que son todos animalitos quebrados y fracturados que tenemos en este momento", explicó.

Sin embargo, Saravaia señaló que la mejor forma de colaborar es siendo socio con un ambono mensual de $100. Más información (click acá)