Río de Janeiro decretó hoy la prohibición del uso de las playas y del baño de mar durante este fin de semana, en un intento por frenar la propagación del coronavirus en uno de los estados más afectados de Brasil.

El decreto fue publicado en el Diario Oficial del Municipio por Eduardo Paes, alcalde de la segunda ciudad más grande de Brasil.

A pesar del creciente número de infecciones y muertes en la ciudad, los residentes han acudido en masa a las playas, la mayoría sin tapabocas, especialmente los fines de semana soleados. El gobierno estatal las cerró el año pasado, pero la medida se levantó pronto.

“Las medidas se vuelven extraordinarias porque hemos llegado a alto riesgo. Sabemos que las playas no son un lugar de gran transmisión, pero necesitábamos mandar un mensaje a la población”, dijo Paes en una entrevista con GloboNews. “Hago un llamado a los cariocas: es el momento de quedarse en casa”, imploró.

La medida también establece el cese de entradas de pasajeros a la ciudad en ómnibus y combis, salvo los de los hoteles, con retenes en los principales accesos. Los “quiosques” -bares y cafés instalados en la costanera de las playas de Leme, Copacabana, Ipanema, Leblón y Barra de Tijuca- fueron autorizados a seguir funcionando, aunque se prohibió el estacionamiento en la rambla, excepto para residentes, personas mayores, personas con necesidades especiales, huéspedes de hoteles de la zona y taxis.

Río ya venía aplicado el toque de queda de 23 a 5 y permitiendo la circulación en playas, pero no la permanencia. Ahora tampoco se puede ingresar para practicar deportes sobre la arena.

Fuente: La Nación