A través de la intervención de un dispensario en la provincia de Córdoba se reveló un doloroso caso de abusos sexuales reiterados que sufrió una niña por parte de su padrastro. La niña, que fue abusada al menos entre los 10 y los 14 años, quedó embarazada y su familia decidió que tuviera el bebé. El hombre irá a juicio en esta semana.

El triste caso ocurrió en una localidad del departamento Río Primero y fue revelado este lunes por el diario La Voz del Interior. Durante al menos cuatro años, la chica fue víctima permanente de abusos sistemáticos y cotidianos en su propia casa. Los ataques empezaron cuando tenía 10 años y continuaron hasta bien entrados los 14, fecha en que quedó embarazada, según consignó el matutino.

"Pero, señora, esto no es un cólico o problemas estomacales... Esta chica está embarazada. Y lleva varias semanas. Hay que hacerle un control urgente para ver cómo está todo, para ver cómo viene marchando ese embarazo”, fue la respuesta de la médica del dispensario, en marzo de 2019, que reveló la aberrante historia de silencio y abusos que venía sufriendo la niña durante años en su hogar.

Por decisión de su familia y de su madre, por motivos religiosos, no abortó y el embarazo siguió su curso. La chica tuvo al bebé. Tanto ella como la criatura se encuentran bien en lo físico y viven en la actualidad en la casa de una tía.

A juicio

La Justicia acusa por los ataques sexuales a la pareja de la madre de la niña. El padrastro, de 40 años, permanece detenido y esta semana comenzará a ser juzgado en los Tribunales II de Córdoba.

El hombre, de quien no se dan ni sus iniciales ni dónde vivía para preservar la integridad de la víctima, está acusado por abuso continuado calificado por el grave daño en la salud de la víctima, la calidad de guardador y la situación de convivencia.

Además, está imputado por promoción a la corrupción de menores calificada por la edad de la víctima y por ser guardador.

El juicio, a puertas cerradas, arrancará este jueves en la Cámara 3ª del Crimen de Córdoba. El fiscal Marcelo Hidalgo avalará la acusación y, según se prevé, pedirá una fuerte condena.

La pena prevista arranca en los 8 años y puede llegar a los 20.

Dramático relato

La prueba central del caso está apuntalada en el relato que la propia chica brindó ante la Cámara Gesell, en Tribunales II. En esa entrevista detalló todo el padecimiento que sufrió durante años. Por otro lado, la acusación se basa en los peritajes de los cuerpos médicos y psicológicos, más allá del ADN que ya demostró que el padrastro es el padre de la criatura que nació.

Los peritajes psicológicos determinaron que la chica no miente, no fabula ni confabula. Los mismos estudios demostraron que la jovencita tiene “daños psíquicos de grave extensión”, por lo que se dispuso un urgente y continuado apoyo psicológico.

La chica, si bien terminó aceptando por imposición de su madre y su familia, tener el bebé; relató que siente miedo, angustia, preocupación, temor por el futuro y que ha “perdido su adolescencia”.

Ataques diarios

Los hechos ocurrieron, según la causa, en un hogar de una población del departamento Río Primero. Los ataques se iniciaron cuando la chica tenía 10 años, en marzo de 2015.

En la casa residía la chica, junto a otros hermanitos menores, la mamá y el novio de ella.

Las agresiones sexuales empezaron con manoseos cuando la chica se quedaba sola con el padrastro.

Con el paso del tiempo, las agresiones sexuales fueron repitiéndose, sistematizándose, agravándose y extendiéndose, de acuerdo a lo que surge en el expediente judicial.

Las agresiones sexuales sucedían generalmente en las primeras horas de la mañana, antes de que ella fuera al colegio. Siempre, la madre se encontraba ya fuera de casa trabajando, según indicaron desde la Justicia.

Los informantes indicaron que el agresor la abusaba de lunes a viernes, tras lo cual amenazaba a la víctima y hasta le daba dinero para que no contara nada a nadie. Algunas veces, según declaró la chica, los ataques se registraban a la tarde cuando su madre aún no había vuelto.

La víctima contó que, para cometer esos ataques, el padrastro mandaba a los otros nenes al almacén.

“El accionar desplegado por el prevenido ocasionó a la víctima un grave daño en su salud mental”, se señala en el expediente.

Embarazo a término

“Es una familia religiosa, la mamá es religiosa, de hecho. La convencieron para que siguiera con el embarazo. Desecharon de plano que hiciera un aborto. Quisieron que lo tenga al bebé y otra familiar se ofreció a brindar ayuda y asistencia”, indicó al citado diario una fuente de la causa.

“Al comienzo, en la familia hubo quienes dudaron de la víctima. No creían lo que ella había relatado. Incluso, había quienes en la familia deslizaban que la propia nena ‘había seducido’ al padrastro... Algo terrible. Finalmente, como el embarazo fue detectado ya en etapa bien avanzada, era un riesgo interrumpirlo. Decidieron tenerlo”, añadió la fuente.

En el expediente consta que los ataques sexuales se dieron entre marzo de 2015 y marzo de 2019.

La jovencita fue llevada por su madre al dispensario de la zona, porque “se sentía mal”. En el primer control, una médica descubrió el embarazo. La madre de la adolescente insistió una y otra vez que no sabía nada. Judicialmente, está fuera de toda sospecha.

La investigación fue realizada en el fuero judicial de Delitos Sexuales. El acusado fue detenido tras el relato de la chica en Cámara Gesell. Los estudios de ADN sellaron su suerte.

Preso en Bouwer, el padrastro se abstuvo de declarar en el proceso.

Con información de La Voz del Interior/Claudio Gleser.