Ramiro Ghigliazza, un artista gráfico de Pueblo Esther (Santa Fe), comenzó a buscar las respuestas al gran interrogante que le había planteado su hijo Teo, de 7 años: "¿Cómo era la verdadera cara de San Martín?"

A partir de ese momento, Ghigliazza se sumergió en la historia del prócer argentino: buscó recortes de diarios, retratos y pinturas para crear un retrato digital e hiperrealista del Libertador de América.

El resultado final de su obra es igual a una foto. En el camino, leyó a los contemporáneos del prócer que lo habían descrito, usó modelos que comparten rasgos y cotejó cada detalle con el daguerrotipo de 1848, cuando San Martín ya tenía 70 años.

"Estábamos mirando retratos y no encontrábamos uno exacto. Entre los que existen, hay muchas diferencias. Empecé a repasar su retrato más famoso que es el que sale con la bandera. Yo sabía que había sido pintado por la profesora de Mercedes, su hija, y por él mismo. Ese retrato lo tuvo en su habitación hasta su último día. Se sentía bien identificado con esa imagen", dijo a Cadena 3 el artista.

En todo el trabajo de investigación, hubo un testimonio que prevaleció a la hora de la reconstrucción del rostro. "Su mirada era vivísima; ni un sólo momento estaban quietos aquellos ojos; era una vibración continua la de aquella vista de águila: recorría cuanto le rodeaba con la velocidad del rayo", escribió Gerónimo Espejo, integrante del Ejército de los Andes.

"Ese testimonio me pareció muy certero", comentó el artista y agregó: 

Sus cejas eran muy pobladas y tenía ojos negros y grandes. Nada que ver a cómo se lo mostraba en las pinturas de la época. Los ojos de la fotografía son los de mi hijo Teo. Lo que me interesaba trasmitir es la expresión.

Una de las cosas más difíciles alrededor de esta odisea fue corroborar qué parte de la historia sobre el aspecto de San Martín eran ciertas o no. Por ejemplo: su piel, ¿era mestiza o blanca?

"En este tema hay una polémica porque algunos dicen que fue mestizo pero yo no creo que sea así. Si vez el garreotipo, no lo era. Tiene rasgos más europeos. Quizás el color más tostado de la piel sea por estar tanto tiempo a la intemperie o porque viene de una zona de España a donde habitaron los moros".

Recibimiento

Un momento inolvidable para el artista sucedió el pasado 3 de febrero cuando una copia de su imagen llegó a San Lorenzo, para el 206 aniversario del combate.

Ramiro Benítez, miembro de Granaderos, fue asignado para custodiar el pasillo central a donde se colocaría la imagen. Cuando comenzaron a descubrirla, no pudo contener las lágrimas y fue fotografiado junto a la imagen y en llanto.

"Venía todo normal y en el momento en que la descubren todos estábamos sensibles. El coordinador del museo me avisa y me muestra cómo se había emocionado él. La verdad es que no lo podía creer", dijo.

Yo lo quería abrazar pero sabía que eso no se puede hacer. Le mandé una copia y está muy contento con todo esto.

Al ser consultado sobre si él sentía algo especial por San Martín antes de comenzar con esta tarea de reconstrucción, el artista santafesino expresó: "Yo no soy sanmartiniano ni era un estudioso de él. Me gustan las cosas con calidad pero sólo sabía lo que sabe la mayoría".

Más que una imagen

Detrás de esta iniciativa, Ghigliazza tiene un objetivo mayor y trascendente: instalar una copia de la imagen en todos los sitios emblemáticos del General y en cada una de las escuelas del país.

"Ya está en el Congreso y en San Lorenzo. La idea es que llegue a todas partes".

Fuente: Cadena 3